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27 de abril de 2017

ELEMENTOS TRANSVERSALES. ¡¡STOP GORDOFOBIA!!


Estimados Poeliteratos:

Hace unos días, mi compañera Mariví Menchacatorre, profesora de Lengua castellana y Literatura del I.E.S. Juan Antonio Fernández Pérez, me recomendó que leyera un libro de Mª Carmen de la Bandera, titulado Íntimos secretos. Cuenta la historia de una chica, Marta Luzón, la cual sufre acoso escolar a causa de su introversión y su aspecto físico.


Tras leer Íntimos secretos, libro que me ha encantado y que os recomiendo sin lugar a dudas, busqué información sobre el acoso escolar relacionado con el sobrepeso. Y así surge esta entrada. 


La gordofobia, también conocida como obesofobia,  también referida en la literatura como pocrescofobia, miedo a ganar peso, fobia al peso o fobia a la grasa, es un neologismo que alude al miedo o desagrado exagerado a la gordura propia o la de otros. En los ámbitos de la psicología clínica y la nutrición, algunos autores la asocian a problemas de conducta alimentaria con mucho riesgo y trastornos psicológicos tales como la anorexia nerviosa, donde el término se vincula a la «presencia de una actitud implacable y distorsionada hacia el peso corporal y la propia forma del cuerpo». Las personas que padecen esta fobia inician con el deseo de perder peso, el cual se convierte en un acto compulsivo por evitar, a toda costa, las cosas que podrían dar como resultado un aumento de peso. Cuanto más evitan estas cosas, más les temen. El aumento de peso es visto como un fracaso para los que padecen de obesofobia, y, por lo tanto, experimentan un miedo anormal hacia todo lo que causa que fallen.


Antes de continuar con esta entrada, me gustaría que viéramos algunas escenas de la película Gordos, de Raúl Sánchez Arevalo. 

Vídeo extraído del siguiente enlace: 

Para comprender mejor esta situación, os incorporo un artículo de Rebeka Yanke, extraído de El Mundo digital, que se titula: Diga gordo, pero sin insultar. 

Imagine que tiene usted la nariz grande o las orejas de soplillo, que cojea de la pierna derecha o es bizco. ¿Imagina también que un desconocido en el metro pueda insultarle por ello? Pues con los gordos sucede. 

El pasado diciembre, una mujer británica, Kara Florish, viajaba en el suburbano de Londres cuando alguien le entregó una tarjeta y desapareció. Ella leyó, entre otras lindezas, lo que sigue: «Nuestra organización odia y detesta a la gente gorda. Nos oponemos a la cantidad de recursos alimenticios que consumís mientras la mitad del mundo muere de hambre. (...) No es una cuestión glandular, es glotonería. Eres un ser humano gordo y feo». Firmado: Overweight Haters. (Odiadores de gordos).

En inglés, explica la plataforma Stop Gordofobia, un colectivo «crítico con los canones de belleza establecidos», que cuenta con más de 30.000 seguidores en Facebook y que recibe cientos de testimonios de gordos y gordas del mundo relatando la opresión que sufren, este rechazo a la gente gorda se denomina 'fatshaming'. «Suponemos que la gente se extraña porque no lo han vivido en sus propias carnes, pero lo cierto es que los gordos vivimos sensaciones y experiencias que nos recuerdan que, en esta sociedad gordofóbica, damos asco», afirman.

Un gesto que camina la misma línea que Stop Gordofobia: acabar con la estigmatización de las personas gordas.«Hay que politizar la gordofobia para situar al responsable fuera y no dentro de nosotros mismos. Es la manera de acabar con la culpa, con el odio que a lo largo de toda nuestra vida nos han ido inculcando por nuestro propio cuerpo y por todos aquellos que se le parecieran. Creemos que hay que hacer política de esto porque el problema no es que no quepamos o no nos adaptemos a la norma estética, el problema es la norma estética. Cuando decimos política nos referimos a la sociedad, a su convivencia, a su libertad y bienestar», exponen desde este colectivo nacido al calor del 15-M, allá por 2011.

Casi cinco años después, exactamente el 4 de enero de 2016, hace apenas un par de semanas, se publicaba el libro Fat Activism, a radical social movement (Activismo gordo, un movimiento social radical), un ensayo elaborado por la psicoterapeuta y activista Charlotte Cooper que aspira a «mostrar cómo los gordos tienen vidas interesantes, no cómo de horrible es ser gordo». «La gordura es política», dice también Cooper, en consonancia con Stop Gordofobia, cuando este periódico le pregunta si la gordofobia debería equipararse al sexismo, el racismo y la transfobia.«En Occidente, la gordura se ve a menudo como algo trivial, una cuestión de comer menos y hacer más ejercicio, pero los gobiernos culpan a los gordos del desastre financiero cuando es su política la causante de los desastres. 

El odio a la gente gorda no es algo trivial, puede arruinar vidas, no sólo porque algunos llegan a odiarse a sí mismos sino también porque a veces se adentran en procedimientos médicos arriesgados y sufren discriminación», argumenta Cooper. Hay una persona gorda que no sale en las fotos de este reportaje porque, lamentablemente, sufre fobia social. Refleja fielmente lo que Cooper acaba de exponer, una vida atormentada por la gordofobia: «La he sufrido desde pequeño. No creo que ninguna persona gorda tenga la suerte de no haberla sufrido nunca. Las agresiones que más vívidamente recuerdo ocurrieron en el instituto. En una ocasión, abrieron el calefactor que había a mi lado y dejaron escrito en mi mesa que 'las ballenas no deberían salir del agua'. Mi profesor de Educación Física me llamaba nenaza cuando un ejercicio me costaba, y sólo lo hacía conmigo, aunque a otros también les costara. Mi tutora se negó a cambiarme de clase porque creía que mis acosadores 'se merecían una segunda oportunidad', me decía que cambiarme de clase sería consentirme. Han pasado ocho años y ese curso sigue atormentándome, según mi psicólogo es el detonante de cómo he acabado, con fobia social, depresión y problemas alimenticios; últimamente hasta tengo problemas para ducharme porque no soy capaz de enfrentarme a mi cuerpo, y rehuyo los espejos».

El bullying es, precisamente, una de las cuestiones que más preocupa al colectivo Stop Gordofobia. En relación a las personas gordas, lo califican de «brutal» y algunos de ellos también reconocen haberlo sufrido: «Muchas veces tienen miedo de contar lo que les pasa y se ven indefensos porque no cuentan con un entorno familiar o escolar que les apoye, se ve que son cosas de niños y no es así. Nosotros, adultos, poco a poco hemos ido aprendiendo a defendernos pero, ¿quién defiende a los niños? Su vulnerabilidad nos asusta, nos preocupa y nos duele, porque también fuimos pequeños».Sean mayores o niños, hacer visible el problema, decir lo que sucede, es una forma de actuar, o de hacer activismo. 

Otro asunto que se repite entrevista tras entrevista es la representación cultural de la gordura. Según Lindsey Averill y Viridiana Lieberman, cocreadoras de Fattitude (actitud gorda), un documental que podrá verse esta primavera, «la cultura popular y los medios de comunicación de masas fomentan los prejuicios por el peso». «La gordofobia y el rechazo por los cuerpos gordos es producto de una cultura de odio a la gordura. Vivimos en un mundo en el que se pueden hacer bromas sobre los gordos sin ningún problema. En otras palabras, cuando alguien habla mal de una persona gorda, los interlocutores tienden a mostrarse de acuerdo porque la gordura se ve como una plaga, como una epidemia que está infectando la sociedad. Los personajes gordos de las películas suelen ser monstruos o villanos, casi nunca se representan como personas gordas normales y corrientes que viven vidas normales e incluso felices...».

Quizá no hayáis pensado en el problema que sufren muchas personas obesas por culpa de este problema. Para que conozcáis algún caso real, os paso una entrevista, con su posterior debate, que se le realizó a la actriz Itziar Castro. 

Vídeo extraído del siguiente enlace: 

Desde Poeliteraria queremos mostraros que esta situación es real y que tenemos que combatir esta situación. No podemos permitirlo. Por eso, vamos a realizar una campaña publicitaria en contra de la gordofobia. 


En primer lugar, vamos a realizar un cartel publicitario elaborado por medio de la aplicación didáctica CANVAS o PIKTOCHART. Tendrá un tamaño póster y deberá contener un mensaje reivindicativo. 

Después, llevaremos un cabo un vídeoclip musical en contra de la Gordofobia. Para ello, los alumnos deberán hacer un coro con la canción "Eres bonita" de Jondy, el cual irá intercalado con escenas de un pequeño cortometraje donde se denuncie el acoso escolar provocado por el aspecto físico. Aquí os paso el enlace del videoclip de Jondy: 

Vídeo extraído del siguiente enlace:

Para concluir esta entrada, me gustaría terminar con esta frase: La discriminación por la obesidad es más perjudicial para la salud que la propia obesidad Por eso, sed felices, disfrutad de vuestro cuerpo y de vuestra vida, tened personas que os sepan valorar y no escuchéis voces que lo único que quieren es hacer que no brilléis por lo que sois. 

Espero que os haya gustado esta entrada. 
Atentamente, 
Alejandro Aguilar Bravo. 

1 comentario:

  1. eva marlene de dios santamarta28 de abril de 2017, 14:09

    La base de la lucha para luchar contra la gordofobia, o contra cualquier tipo de desprecios a " lo diferente", está en la educación desde el seno de la familia, desde los principios inculcados a los niños. Eliminar cualquier posibilidad de nacimiento de "SÍNDROME DE PROCUSTO", por desgracia tan extendido.

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