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31 de octubre de 2017

SECUENCIACIÓN DE ACTIVIDADES. LOS ESTILOS NARRATIVOS. ACTIVIDADES INTERACTIVAS PARA TRABAJAR EL ESTILO NARRATIVO EN SECUNDARIA.

Estimados Poeliteratos: 

Hoy, 31 de octubre, os presento una nueva secuenciación de actividades para una sesión de 50 minutos con el fin de trabajar los principales estilos del discurso narrativo. Las actividades están destinadas para el segundo ciclo de Educación Secundaria Obligatoria.
Espero que os gusten las actividades. 
Atentamente, 
Alejandro Aguilar Bravo.

1ªActividad. Actividad de inicio y motivación. Corre dijo la tortuga.

Descripción de la actividad. Audición de la canción de Joaquín Sabina, titulada Corre, dijo la tortuga


Agrupamiento. Actividad en gran grupo.
Tiempo estimado. 5 minutos.


2ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. Exposición teórica.

Descripción de la actividad. Explicación sobre las principales características de los estilos en un texto narrativo. Para ello, se hará uso de un vídeo explicativo elaborado en GoAnimate.


Vídeo creado por el profesor

Agrupamiento. Actividad en gran grupo.
Tiempo estimado. 15 minutos.

Actividad 3. Actividad de desarrollo y motivación. Un texto narrativo con estilo. 

Descripción de la actividad. A partir de un fragmento de la obra de Juan Valera, Pepita Jiménez, los alumnos deberán reconocer las principales estilos de la narración (E Directo; E. Indirecto, E. Directo Libre; E. Indirecto Libre; Monólogo interior), justificando en todo momento su respuesta. 
TEXTO 
Don Gumersindo, muy aseado y cuidadoso de su persona, era un viejo que no inspiraba repugnancia.
Las prendas de su sencillo vestuario estaban algo raídas, pero sin una mancha y saltando de limpias, aunque de tiempo inmemorial se le conocía la misma capa, el mismo chaquetón y los mismos pantalones y chaleco. A veces se interrogaban en balde las gentes unas a otras a ver si alguien le había visto estrenar una prenda.
Con todos estos defectos, que aquí y en Aras partes muchos consideran virtudes, aunque virtudes exageradas, don Gumersindo tenía excelentes cualidades: era afable, servicial, compasivo, y se desvivía por complacer y ser útil a todo el mundo, aunque le costase trabajo, desvelos y fatiga, con tal de que no le costase un real. Alegre y amigo de chanzas y de burlas, se hallaba en todas las reuniones y fiestas, cuando no eran a escote, y las regocijaba con la amenidad de su trato y con su discreta aunque poco ática conversación. Nunca había tenido inclinación alguna amorosa a una mujer determinada; pero inocentemente, sin malicia, gustaba de todas, y era el viejo más amigo de requebrar a las muchachas y que más las hiciese reír que había en diez leguas a la redonda.
Ya he dicho que era tío de la Pepita. Cuando frisaba en los ochenta años, iba ella a cumplir los diez y seis. ÿl era poderoso; ella pobre y desvalida.
La madre de ella era una mujer vulgar, de cortas luces y de instintos groseros. Adoraba a su hija, pero continuamente y con honda amargura se lamentaba de los sacrificios que por ella hacía, de las privaciones que sufría y de la desconsolada vejez y triste muerte que iba a tener en medio de tanta pobreza. Tenía, además, un hijo mayor que Pepita, que había sido gran calavera en el lugar, jugador y pendenciero, a quien después de muchos disgustos había logrado colocar en la Habana en un empleíllo de mala muerte, viéndose así libre de él y con el charco de por medio. Sin embargo, a los pocos años de estar en la Habana el muchacho, su mala conducta hizo que le dejaran cesante, y asaetaba a cartas a su madre pidiéndole dinero. La madre, que apenas tenía para sí y para Pepita, se desesperaba, rabiaba, maldecía de sí y de su destino con paciencia poco evangélica, y cifraba toda su esperanza en una buena colocación para su hija que la sacase de apuros.
En tan angustiosa situación empezó don Gumersindo a frecuentar la casa de Pepita y de su madre y a requebrar a Pepita con más ahínco y persistencia que solía requebrar a otras.
Era, con todo, tan inverosímil y tan desatinado el suponer que un hombre que había pasado ochenta años sin querer casarse pensase en tal locura cuando ya tenía un pie en el sepulcro, que ni la madre de Pepita, ni Pepita mucho menos, sospecharon jamás los en verdad atrevidos pensamientos de don Gumersindo. Así es que un día ambas se quedaron atónitas y pasmadas cuando, después de varios requiebros, entre burlas y veras, don Gumersindo soltó con la mayor formalidad y a boca de jarro la siguiente categórica pregunta:
-Muchacha, ¿quieres casarte conmigo?
JUAN VALERA, Pepita Jiménez.  
Agrupamiento. Actividad por parejas.
Tiempo estimado. 15 minutos.

Actividad 4. Actividad de desarrollo y motivación. Contando fábulas con estilo.

Descripción de la actividad. Tras leer la fábula de Esopo, La liebre y la tortuga, los alumnos deberán recrear la fábula empleando para ella la técnica narrativa del estilo indirecto y terminarán contando la moraleja empleando la técnica del monólogo interior. 


Agrupamiento. Actividad en parejas.
Tiempo estimado. 5 minutos [Lectura del texto y presentación de la actividad. Se mandará como tarea para casa y se corregirá en la siguiente sesión]

Actividad 5. Actividad de desarrollo y motivación. Dramaticemos con Mario. 

Descripción de la actividad. Visionado de un breve vídeo sobre la obra de Miguel Delibes, "Cinco horas con Mario". Tras ello, se le facilitará a los alumnos un monólogo interior extraído de la obra y tendrán que dramatizarlo en clase. 


Vídeo extraído del siguiente enlace: 

MONÓLOGO INTERIOR
En teniendo con qué alimentarnos y con qué cubrirnos, estemos con eso contentos. Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina, porque la raíz de todos los males es la avaricia, y por eso mismo me será muy difícil perdonarte, cariño, por mil años que viva, el que me quitases el capricho de un coche. Comprendo que a poco de casarnos eso era un lujo, pero hoy un Seiscientos lo tiene todo el mundo, Mario, hasta las porteras si me apuras, que a la vista está. Nunca lo entenderás, pero a una mujer, no sé como decirte, le humilla que todas sus amigas vayan en coche y ella a patita, que, te digo mi verdad, pero cada vez que Esther o Valentina o el mismo Crescente, el ultramarinero, me hablaban de su excursión del domingo me enfermaba, palabra. Aunque me esté mal decirlo, tú has tenido la suerte de dar con una mujer de su casa, una mujer que de dos saca cuatro y te has dejado querer, Mario, que así qué cómodo, que te crees que con un broche de dos reales o un detallito por mi santo ya está cumplido, y ni hablar, borrico, que me he hartado de decirte que no vivías en el mundo pero tú, que si quieres. Y eso, ¿sabes lo que es, Mario? Egoísmo puro, para que te enteres, que ya sé que un catedrático de Instituto no es un millonario, ojalá, pero hay otras cosas, creo yo, que hoy en día nadie se conforma con un empleo. Ya, vas a decirme que tú tenías tus libros y “El Correo”, pero si yo te digo que tus libros y tu periodicucho no nos han dado más que disgustos, a ver si miento, no me vengas ahora, hijo, líos con la censura, líos con ls gente y, en sustancia, dos pesetas. Y no es que me pille de sorpresa, Mario, porque lo que yo digo, ¿ quién iba a leer esas cosas tristes de gentes muertas de hambre que se revuelcan en el barro como puercos?. Vamos a ver, tú piensa con la cabeza, ¿quién iba a leer ese rollo de “El Castillo de Arena” donde no hablas más que de filosofías? Tú mucho con que si la tesis y el impacto y todas esas historias, pero ¿quieres decirme con qué se come eso? A la gente le importan un comino las tesis y los impactos, créeme, que a ti, querido, te echaron a perder los de la tertulia, el Aróstegui y el Moyano, ese de las barbas, que son unos inadaptados.
Agrupamiento. Actividad por parejas. 
Tiempo estimado. 10 minutos. 

1 comentario:

  1. Profesor soy islam que hago con el trabajo que yo lo hice ayer a mano y no sé si está bien

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