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4 de mayo de 2017

TRABAJO DE LA LECTURA: ÍNTIMOS SECRETOS. LIBRO-FÓRUM

Estimados Poeliteratos:

Os paso los textos que se trabajarán el día del libro-fórum de Íntimos secretos, libro de Mª Carmen de la Bandera.

1º VÍDEO. 

Me llamo Marta, Marta Luzón, estoy en 7º de EGB, tengo 13 años y dentro de poco cumpliré 14 años. No me gusta mi cuerpo, dicen que estoy gorda y demasiado tímida. Para muchos, soy muy sosa. Siempre me lo recuerdan mis compañeros de clase, especialmente el Rubio y su panda. En casa, mi padre no me presta atención, ya que su hijo preferido es mi hermano Javier, un chico guapo y atlético. Totalmente diferente de lo que soy. 
No me siento ni querida ni respetada. Es mi único desahogo. Pero, ¿por qué escribo todo esto?

En los últimos días de curso leímos un libro muy bonito que nos mandó la profesora de Sociales. Se trata de una pareja de jóvenes enamorados, que en el siglo XV, cuando la expulsión de los judíos, tuvieron que separarse por culpa de las religiones. Vino la autora e hicimos un libro-fórum con ella. Era muy simpática, y nos animó a escribir. Dijo que es un hobby que libera muchas tensiones. Lleva razón; por eso he comenzado esto, pero no sé si llamarlo diario, porque no pienso escribir cada día, solo cuando lo necesite, como ahora. Mientras lo hago, hablo conmigo misma, y como no me sale del todo mal, compruebo que no soy tan inútil. 



2º VÍDEO. 

Odio las exposiciones orales. Me cuesta hablar en público. Al final he terminado por suspender esta parte de la asignatura. Lo peor de todo es que hice el ridículo delante toda la clase y ante Sergio. Por eso, he querido escribirle esta carta...

Querido Sergio:
Te quiero con toda mi alma, cada vez más. No importa que tú no lo sepas, me conformo con verte cada día. Por ti sería capaz de todo. Mi alma es un volcán, que se aviva cuando pasas a mi lado. Si me conocieras por dentro, comprenderías que soy más hermosa de lo que parezco. Este cuerpo impide que te fijes en mí, por eso lo odio y me odio a mí misma. Tu risa me ha hecho más daño que todos los insultos. Los demás no me interesan. Y tú, ¿qué sabes? Quiero pensar que no lo has hecho con maldad, es solo por congraciarte con los demás, pero eres sensible y bueno. Tengo que creerlo, si tuviese la certeza de que son los kilos de que te alejen de mí, soltaría este lastre y me quedaría como creo que te gustan las chicas. Tendría voluntad para hacerlo, pero no, nunca me querrás. ¿Para qué el esfuerzo?
Me conformo con verte y soñarte. Sí, sueño contigo, que me hablas, que me quieres, que me abrazas... 
Por la mañana todo se desvanece. Te deseo y te quiero. 
Marta. 

3º VÍDEO

Estoy haciendo novillos. No puedo soportar regresar a clase. ¿Por qué todo me sucede a mí? ¿Qué he hecho para merece esto? ¡Qué vergüenza! Os quiero contar el motivo de mi decisión...

Una vez que había terminado mis confidencias a Sergio, salimos al recreo. Cuando regresamos, estaba toda la clase revuelta. El conserje estaba enfermo. El Rubio y los suyos aprovecharon para entrar y registrar lo que le dio la gana. Faltaba la calculadora de Pablo, que luego apareció. Para ello el botín más preciado era mi nota. Comienza la clase y observo miradas de complicidad. Nada sospechoso, hasta que todo empieza a mirarme y a reír. El profesor de Matemáticas llamó la anteción. Traté de concentrarme en lo que estaba explicando.  "¿Por qué me miraban?", pensé. Inmediatamente, reconocí mi letra en el papel que pasaban de unos a otros. Mis oídos empezaron a zumbarme, la vista se me nubló y estuve a punto de un desmayo. Ya había pasado de la fila de Sergio. ¡¡¡La había leído!!! Sentí náuseas, corrí al lavabo, vomité. Carol, mi mejor amiga, que estaba a mi lado, salió conmigo. Me bañaba un sudor frío. Cuando pude hablar, le pedí que volviese a la clase para recoger mis cosas y que se hiciera con mi nota que andaba de mano en mano. El profesor acudió, preocupado por la ausencia. Le dije que me encontraba mal y que, por favor, llamase a mamá, para que me recogiera. Ya en mi casa planeé la estrategia a seguir. ¡Antes muerta que volver a clase! Por eso decidí hacer novillos. 


4º VÍDEO. 

Ha sido una catástrofe. Mis padres se han dado cuenta de que he estado faltando a clase durante más de una semana. Se lió un follón terrible en casa. Tras pegarme dos bofetadas e insultarme mi padre, me escondí en mi dormitorio. No podía dormir. Así que mamá, que está muy preocupada, me ha dado una pastilla para que pueda dormir. 

La tragué con un buche de agua, ella se alejó, los silencios se mezclaron. El sueño comenzó a asomarse, pero una ráfaga de luz ¿o de tinieblas?, ¡quién sabe!, cruzó por mi atormentada mente. Y ya era otro día, el fatídico. El reloj marcaba las seis de la mañana. Las manecillas quedaron clavadas en mi retina. Quedaba poco para el amanecer y tendría que enfrentar el trago que me imponía. "No puedo", me dije. Medio sonámbula me levanté en la oscuridad, los objetos difusos giraban a mi alrededor, todo daba vueltas. Los pies descalzos amortiguaban el ruido de mis pasos. Automáticamente, fui hacia el armario de las medicinas. Lo abrí. ¡Allí estaban! Mamá había guardado el frasco que me mostraba antes. Eran las píldoras. Mi mano se llenó de diminutas bolitas liberadoras. Tomé dos, cuatro... quizá diez. Volví a la cama. Las sábanas me envolvieron como un sudario. Sentí una paz infinita, los párpados pesaban blandamente. Mi último pensamiento fue para Sergio. 


5º VÍDEO 

Tras mi resurrección, las cosas han cambiado. Cuando me desperté en el hospital tras lo que hice, mis padres se están esforzando por comprenderme al igual que mi hermano Javier. 
Me han puesto en contacto con una psicóloga, Pepa, que, poco a poco, está haciendo que me sienta mejor, que pueda desahogarme de otra manera. Incluso le estoy hablando de mis kilos. 
En clase, mi amiga Carol me está ayudando en todo, al igual que otros compañeros, como Ester, Verónica e, incluso Sergio. Aunque, ¿para qué engañarme? sigue el acoso del Rubio y su panda. 
Sin embargo, el 25 de enero, vino a clase un chico guapísimo, Habid. Esta es su historia. 

6º VÍDEO. LA VIDA DE HABID

En su ciudad, Alhucemas, allá en Marruecos, su padre trabajaba en la pesca, en el campo, en lo que encontraba, y nunca les alcanzaba para comer, pasaban hambre, miserias. A través de la televisión y por noticias que les llegaban, conocían como era la vida en España, y les parecía el paraíso. Su padre decidió venir y probar fortuna, poco tenían que perder. Dos años de más miseria aún, hasta que toda la familia pudo reunirse en Madrid. Nunca supieron los hijos todo lo que tuvo que sufrir hasta conseguir el permiso de residencia, de momento solo por dos años. Su madre, él y sus hermanas estaban asustados, pero deseando estar juntos; así, la miseria sería más llevadera. 
Habid tenía 11 años, era el mayor, y tuvo que ayudar recogiendo cartones como podía; a pesar de todo, nunca faltó al colegio. No entendía el idioma, pero pronto aprendió; vivía en una chabola hecha de latas y materiales de deshecho, sin luz, sin agua, solo un pozo a la intemperie que compartían con otra familia, igual que las chabolas. Sus visitantes eran las ratas. Su padre vendía tabaco de contrabando, hasta que pudo conseguir un trabajo de jardinero en uno de los chalés más próximos. Su madre, de asistenta. Durante meses tuvieron que hacer cola para conseguir otro permiso que les permitiese residir aquí por más tiempo. Habid tuvo que madrugar durante muchos días, a las seis de la mañana, con lluvia, con frío, aguantar para cogerle el turno a su padre. Por fin, el permiso deseado. Era su mayor tesoro. Con él ya pudo tener otro trabajo: guarda de una obra. Reunieron algún dinero, se asociaron con un español para poder poner el pequeño bar que tienen. Así, abandonaron Boadilla del Monte. 

7º VÍDEO. 
¡Mira que es guapo y está tan... bueno!
Sé que con toda la ayuda de la gente que me aprecia y me respeta, podré superar cualquier dificultad. Tengo que luchar, tengo que quererme, tengo que disfrutar de la vida, un don tan precioso que quise echarla a perder. Por eso, te animo, querido lector, que si quieres saber como termina mi historia, que leas Íntimos Secretos, de Mª Carmen de la Bandera, un libro que os cambiará la vida. 

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