27 de abril de 2017

ELISA PALAU, GANADORA NACIONAL DEL CONCURSO 'CARTA A UN MILITAR ESPAÑOL'

Estimados Poeliteratos:

Elisa Palau León, alumna de 1º de Bachillerato de nuestro IES Juan Antonio Fernández Pérez, ha sido la ganadora del concurso nacional 'Carta a un Militar Español' con su misiva dirigida a María Pita, que muy amablemente nos ha permitido publicar. En el concurso han participado más de 300 centros y unos 8.000 alumnos de toda España.
Estamos muy muy orgullosos de ti, Elisa.

  MARÍA PITA: LA VOZ QUE ESCUCHAMOS EN NUESTRO INTERIOR

Querida María Pita:
Todavía huele a pólvora subiendo desde el Parrote al Bastión de San Carlos. Los restos de la bandera inglesa, que arrebataste al Alférez Robinson, cuelgan inertes y mecidos por el viento del Norte a los pies de la muralla. No tuviste tiempo de disfrutar del espectáculo de la armada británica huyendo con las velas rotas al viento doblando la bahía. Tu sentido del deber te hizo acudir en pronto socorro a ayudar a los coruñeses, que yacían heridos y desamparados por el suelo, mezcla de polvo y sangre. 

Seguro que sentiste miedo; cuando veías los cascotes de la muralla saltar bajo la pólvora inglesa, pensabas en los dos hijos huérfanos que Gregorio te dejaba, sin otro sustento que tus propias manos. Temiste no poder volver a abrazarlos. Sin embargo, algo en tu interior te llamó a coger la espada que tu difunto esposo todavía blandía inerte y gritar a tus vecinas una y otra vez “¡Quien tenga honra que me siga!”. 

 Sin mirar atrás te lanzaste al enemigo, y seguro que pronto escuchaste los gritos de los coruñeses que se abalanzaban contra el invasor tras de ti. Tu fuerza fue su fuerza y antes que el sol se ocultara por Finisterre, los ingleses, blancos de terror, huían despavoridos intentando alcanzar el cobijo de sus barcos. El mar que días antes les había mecido hasta alcanzar con sigilo y traición la costa coruñesa, ahora embravecido, hacía chocar los cascos unos contra otros queriendo engullirlos. 

 Seguro que alguien gritó: ¡Se retiran! y viste como los coruñeses se abrazaban unos a otros llorando por la victoria. La noticia rápidamente recorrió los confines de la ciudad y de toda España. Hasta el Rey Felipe II, asombrado de tu hazaña, te concedió el sueldo de Alférez, más cinco escudos.
Y seguro que la heroína volvió a cuidar de su casa; a ver crecer a sus hijos; pero sobre todo a sentir con orgullo que, gracias a su decisión y arrojo, los españoles seguirían siendo libres durante siglos sin vivir bajo ningún yugo.  

 Han pasado casi cinco siglos desde que decidiste gritar “¡Quien tenga honra que me siga! y a lo largo de este tiempo muchos españoles te han seguido, ciudadanos simples como tú, pero con ese mismo arrojo que le ha hecho querer hacer de su vida una vocación de servir a España como militares.

Gracias María Pita por aquella voz, que resuena en el corazón de miles de españoles cada día.