Acto I, Escena 1ªJúpiter, deseoso de pasar una noche con Alcmena, toma la figura de su marido Anfitrión, que está en la guerra. Entretanto vuelve Anfitrión victorioso y envía a su criado Sosia a dar a Alcmena la noticia de su feliz regreso. A la puerta de la casa, Sosia se encuentra con un doble idéntico a sí mismo, que no es sino el dios Mercurio, que ha tomado su aspecto para ayudar a Júpiter; un doble que le propina una paliza y lo sume en la mayor confusión.SOSIA.- (Suplicante.) ¡Déjame hablar sin pegarme... , por favor!MERCURIO.- Está bien. Te concederé una tregua.SOSIA.- No hablaré hasta que no hayamos firmado la paz, puesto que en puños me ganas.MERCURIO.- Di lo que tengas que decir. No te haré nada.SOSIA.- (Seguro de sí mismo.) ¡Yo soy Sosia, el de Anfitrión!MERCURIO.- (Violento y amenazador.) ¿Otra vez? ¡ Este hombre no está en su juicio!SOSIA.- (Aparte.) Pero, vamos a ver ... ¿es que yo no soy Sosia, el de Anfitrión?... ¿Es que no he llegado esta noche?... ¿No estoy parado delante de nuestra casa?... ¿No llevo un farol en la mano?... ¿No estoy despierto?... ¿Acaso no acaba de apalearme este hombre?... ¡Sí! ¡Claro que acaba, por Hércules, que aún me duelen las mandíbulas! Entonces, digo yo, ¿por qué no entro en nuestra casa?MERCURIO.- (Le cierra el paso.) ¡Eh, eh, eh!... ¿Cómo «en nuestra casa»?SOSIA.- ¡Sí, justo!... ¡En-nues-tra-ca-sa!MERCURIO.- (Zarandeándolo.) Atiende, estúpido: el verdadero Sosia, el esclavo de Anfitrión, soy yo, ¿me entiendes?... Esta misma noche hemos llegado del Golfo Pérsico; allí hemos vencido a las legiones teléboas y Anfitrión mató con sus propias manos al rey Pterelao.SOSIA.- (Aparte.) Desconfío hasta de mí mismo al oírlo hablar: relata fielmente cuanto sucedió allí. (A Mercuria.) Pero, dime: ¿qué regalo ha recibido Anfitrión de los teléboes?MERCURIO.- La copa de oro en que bebía el rey Pterelao.SOSIA.- ¡No te digo! ¿Y dónde está la copa?MERCURIO.- En una cajita, sellada con el sello de Anfitrión.SOSIA.- ¿Y qué hay en el sello?MERCURIO.- El sol naciente y su cuadriga. ¿Quieres cogerme en algún renuncio, carne de horca?SOSIA.- (Aparte.) Me ha convencido... Tendré que buscarme otro nombre... ¡No! Voy a tenderle una trampa, porque esto lo he hecho yo solito, a escondidas, sin testigos, dentro de nuestra tienda. (A Mercurio.) Si tú eres Sosia... ¿Qué hacías dentro de la tienda en lo más encarnizado del combate? Si me lo dices, me doy por vencido.MERCURIO.- Había allí un tonel de vino. Yo llené una botella.SOSIA.- ¡Caliente, caliente!MERCURIO.- Lo trasegué a mi estómago tan puro como había salido del vientre de su madre.SOSIA.- ¡Es cierto! ¡Me bebí una botella entera de vino! ¡Ni que hubiera estado el tío este metido dentro de ella!MERCURIO.- ¿Ya te has convencido de que tú no eres Sosia?SOSIA.- ¿Quieres decir que yo... no soy yo?MERCURIO.- ¡Cómo no voy a decirlo, si yo soy el que «soy yo»!SOSIA.- ¡Yo te juro por Júpiter que yo soy el «soy yo» y que no te miento!MERCURIO.- Y yo te juro por Mercurio que Júpiter no te creerá y que me hará más caso a mí sin juramento que a ti con ellos.SOSIA.- Entonces, dime ... ¿ Quién soy yo si yo no soy Sosia?MERCURIO.- Cuando yo me canse de ser Sosia, tú podrás ser Sosia, pero ahora que Sosia soy yo... ¡Mira! ¡Márchate, márchate de aquí si no quieres que te machaque a golpes! ¡Anónimo!SOSIA.- (Aparte.) ¡Por Polux! Cuando lo miro me recuerda mi propia figura, que tantas veces he visto en el espejo: el pie, la pierna, la ropa, el pelo... ¡todo! Pero cuando pienso en mí, estoy seguro de que soy yo mismo. Ésa es nuestra casa, estoy en mi sano juicio... ¡Bah! Este tipo debe ser algún loco que anda suelto. Pasaré sin hacerle caso y entraré por la puerta.MERCURIO.- ¿ A dónde vas?SOSIA.- A casa...MERCURIO.- Aunque subieses a la cuadriga de Júpiter para huir de aquí, no podrías escapar de la paliza que se te avecina.SOSIA.- ¿Es que no puedo darle a mi dueña el encargo de mi amo?MERCURIO.- A la tuya lo que quieras. A la mía, ni acercarte... Y si me enfadas, te meto una paliza que te machaco los riñones...SOSIA.- (Aparte.) Será mejor que me marche. ¡Oh, dioses inmortales, yo os invoco! ¿Dónde he muerto yo? ¿Dónde me han cambiado? ¿Quién habrá robado mi aspecto?... ¿Me lo habré dejado en la guerra, sin darme cuenta? Este majadero tiene los rasgos que tenía yo... ¡Me hacen en vida lo que a otros de muerto! Iré al puerto y le contaré todo a mi amo, si es que él me conoce.MERCURIO.- (Solo.) Nuestros asuntos marchan ahora a maravilla. He alejado al mayor estorbo para que mi padre pueda continuar abrazándola con tranquilidad. Sosia le contará a su amo Anfitrión que el esclavo Sosia le ha echado de la puerta. Anfitrión se figurará que miente y no creerá que haya llegado hasta acá, como le había mandado. Voy a llenar de confusión y aturdimiento a los dos, y a toda la familia de Anfitrión, hasta que mi padre se sacie de su amada.
Actividades.
- Elabora un resumen del fragmento.
- Indica el tema de la composición.
- Establece su estructura, explicando cada una de sus partes.
- ¿Quiénes son los personajes que intervienen en el texto? ¿Qué actitudes adoptan en esta escena?
Recurso. Fotocopia del texto.
Agrupamiento. Actividad en gran grupo (Visionado del producto musical y lectura dramatizada del texto) e individual (Elaboración de las actividades).
Tiempo estimado. 15 minutos (Las actividades se mandarán como tarea para casa y se corregirán en la próxima sesión).
5ª Actividad. Actividad de refuerzo y motivación. Resúmenes de autores latinos.
Descripción de la actividad. Elaboración de un resumen que recoja información relevante de Plauto y Terencio.
Recurso. La actividad se realizará en la aplicación educativa CANVAS o PIKTOCHART.
Agrupamiento. Actividad individual.
Tiempo estimado. 5 minutos (Solo presentación de la actividad, ya que se mandará como tarea para casa. Esta actividad deberá mandarse al correo electrónico del profesor en formato PDF, JPG o PNG)
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