Estimados Poeliteratos:
La inteligencia lingüística consiste en la capacidad para utilizar las palabras y expresar a otros diferentes conceptos y pensamientos a través de ellas, ya sean orales o escritas. Se trata de uno de los 8 tipos de inteligencia definido por Howard Gardner.
La definición precisa que dio Gardner a esta inteligencia es: “la inteligencia lingüística es la sensibilidad al significado de las palabras, su orden, los sonidos, ritmos, inflexiones, las diferentes funciones del lenguaje, la fonología, sintaxis y pragmática”. Este tipo de inteligencia, también llamada verbal, nos permite conversar con otras personas, redactar textos, incluso escribir cartas o correos electrónicos.
En este Proyecto de Inteligencias Múltiples, la inteligencia lingüística se trabajará a partir de la siguiente actividad.
1ª Actividad. Actividad de ampliación. Festival del texto medieval.
Descripción de la actividad. Elaboración del análisis literario de una serie de textos procedentes de nuestras literatura medieval. Cada texto irá acompañado de una serie de cuestiones que deberán realizarse.
Recurso. Los comentarios se deberán entregar cumpliendo los siguientes requisitos:
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- La letra deberá estar justificada.
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TEXTO 1. Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique.
COPLA III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir:
allí van los señoríos,
derechos a se acabar
y consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
y más chicos;
y llegados, son iguales
los que viven por sus manos
y los ricos.
COPLA VIII
Decidme: la hermosura,
la gentil frescura y tez
de la cara,
la color y la blancura,
cuando viene la vejez
¿cuál se para?
Las mañas y ligereza
y la fuerza corporal
de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega al arrabal
de senectud
Cuestiones
- Elabora el análisis métrico de las dos composiciones.
- Señala y explica la intención comunicativa de la Copla III y VIII. Refueza tus argumentos con dos elementos de cohesión.
- Identifica los figuras literarias de ambas composiciones.
TEXTO 2. Cantar de Mío Cid.
CASTELLANO MEDIEVAL
De los sos oios tan fuerte mientre lorando
Tornaua la cabeça e estaua los catando:
Vio puertas abiertas e vços sin cannados,
Alcandaras uazias sin pielles e sin mantos,
E sin falcones e sin adtores mudados.
Sospiro Myo Çid ca mucho auie grandes cuydados.
Ffablo Myo Çid bien e tan mesurado:
Grado a ti Sennor Padre que estas en alto,
Esto me an buelto myos enemigos malos.
Alli pienssan de aguiiar, alli sueltan las riendas:
A la exida de Biuar ouieron la corneia diestra,
E entrando a Burgos ouieron la siniestra.
Meçio Myo Çid los ombros e engrameo la tiesta:
Albricia Albar Ffanez ca echados somos de tierra.
Myo Çid Ruy Diaz por Burgos entraua.
En su conpanna LX pendones leuaua:
exien lo ver mugieres e uarones.
Burgeses e burgesas por las finiestras son puestos.
Plorando de los oios, tanto auyen el dolor.
De las sus bocas todos dizian una razon:
Dios, que buen vassalo si ouiesse buen sennor!
Conbidar le yen de grado, mas ninguno non osaua,
El rey don Alfonsso tanto auie la grand sanna.
Antes de la noche en Burgos del entro su carta,
Con grand recabdo e fuerte mientre sellada:
Que a Myo Çid Ruy Diaz que nadi nol diessen posada,
E aquel que gela diesse sopiesse una palabra,
Que perderie los aueres e mas los oios de la cara,
E aun demas los cuerpos e las almas.
Grande duelo auien las yentes christianas.
Asconden se de Myo Çid ca nol osan dezir nada
El Campeador adelino a su posada.
Asi commo lego a la puerta falola bien çerrada,
Por miedo del rey Alfonsso que assi lo auie parado:
Que si non la quebrantas por fuerça que non gela abriese nadi.
Los de Myo Çid a altas uoçes laman:
Los de dentro non les querien tornar palabra.
Aguiio Myo Çid, a la puerta se legaua,
Saco el pie del estribera, una feridal daua.
Non se abre la puerta, ca bien era çerrada.
Vna ninna de nuef annos a oio se paraua:
Ya Campeador en buen ora çinxiestes espada.
E1 rey lo ha uedado, anoch del entro su carta,
Con grant recabdo e fuerte mientre sellada.
Non uos osariemos abrir nin coger por nada;
Si non perderiemos los aueres e las casas,
E demas los oios de las caras.
Çid, en el nuestro mal uos non ganades nada,
Mas el Criador uos uala con todas sus uertudes sanctas.
Esto la ninna dixo, e tornos pora su casa.
Ya lo vee el Çid que del rey non auie graçia.
Partios de la puerta, por Burgos aguijaua,
Lego a Sancta Maria: luego descaualga.
Ffinco los ynoios, de coraçon rogaua.
CASTELLANO ACTUAL
De los sus ojos tan fuertemente llorando,
Tornaba la cabeza y estábalos catando.
Vio puertas abiertas y postigos sin candados,
Alcándaras vacías, sin pieles y sin mantos,
Y sin halcones y sin azores mudados.
Suspiró mío Cid pues tenía muy grandes cuidados.
Habló mío Cid, bien y tan mesurado:
-¡Gracias a ti, señor padre, que estás en alto!
-¡Esto me han vuelto mis enemigos malos!
Allí piensan aguijar, allí sueltan las riendas.
A la salida de Vivar, tuvieron la corneja diestra,
Y, entrando en Burgos, tuviéronla siniestra.
Meció mío Cid los hombros y movió la cabeza:
¡Albricias, Álvar Fáñez, que echados somos de tierra!
Mío Cid Ruy Díaz por Burgos entraba,
En su compañía, sesenta pendones llevaba.
Salíanlo a ver mujeres y varones,
Burgueses y burguesas por las ventanas son,
Llorando de los ojos, ¡tanto sentían el dolor!
De las sus bocas, todos decían una razón:
¡Dios, qué buen vasallo, si tuviese buen señor!
Le convidarían de grado, mas ninguno no osaba;
El rey don Alfonso tenía tan gran saña;
Antes de la noche, en Burgos de él entró su carta,
Con gran recaudo y fuertemente sellada:
Que a mío Cid Ruy Díaz, que nadie le diese posada,
Y aquel que se la diese supiese veraz palabra,
Que perdería los haberes y además los ojos de la cara,
Y aún más los cuerpos y las almas.
Gran duelo tenían las gentes cristianas;
Escóndense de mío Cid, que no le osan decir nada,
El Campeador adeliñó a su posada.
Así como llegó a la puerta, hallola bien cerrada;
Por miedo del rey Alfonso que así lo concertaran:
Que si no la quebrantase por fuerza, que no se la abriesen por nada.
Los de mío Cid a altas voces llaman;
Los de dentro no les querían tornar palabra.
Aguijó mío Cid, a la puerta se llegaba;
Sacó el pie de la estribera, un fuerte golpe le daba;
No se abre la puerta, que estaba bien cerrada.
Una niña de nueve años a ojo se paraba:
¡Ya, Campeador, en buena hora ceñisteis espada!
El Rey lo ha vedado, anoche de él entró su carta
Con gran recaudo y fuertemente sellada.
No os osaríamos abrir ni acoger por nada;
Si no, perderíamos los haberes y las casas,
Y, además, los ojos de las caras.
Cid, en el nuestro mal vos no ganáis nada;
Mas el Criador os valga con todas sus virtudes santas.
Esto la niña dijo y tornose para su casa.
Ya lo ve el Cid que del Rey no tenía gracia.
Partiose de la puerta, por Burgos aguijaba;
Llegó a Santa María, luego descabalga;
Hincó los hinojos, de corazón rogaba.
La oración hecha, luego cabalgaba;
Cuestiones:
- Lectura comprensiva del fragmento. Estructura y tema.
- Elementos que contribuyen a la caracterización social y personal del protagonista: ¿cómo reacciona ante la pérdida de sus posesiones y ante su incierto futuro?
- La segunda parte del fragmento (15-54) permite entender una de las claves del cantar: el Cid es un héroe castellano. Comenta mediante qué recursos narrativos se realizar en el texto la identificación entre el héroe y el pueblo de Castilla.
- En esta identificación entre héroe y pueblo cumple una importante función la figura del antagonista. Comenta cómo influye la figura del rey Alfonso en el proceso de glorificación del Cid y lo castellano.
- Rasgos formales típicos de la épica y de su transmisión oral:
- Comprueba ela irregularidad métrica y el tipo de rima.
- Reconoce el uso del epíteto épico a lo largo del fragmento.
- comento el uso de fórmulas estereotipadas cuando se habla de la carta del rey. ¿Para qué sirven al juglar?
TEXTO 3. Romance medieval. El enamorado y la muerte.
EL ENAMORADO Y LA MUERTE
Un sueño soñaba anoche,
soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora muy blanca,
muy más que la nieve fría
por dónde has entrado amor
cómo has entrado a mi vida.
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías
no soy el amor amante
soy la muerte Dios me envía.
Ay muerte tan rigurosa
déjame vivir un día,
un día no puede ser
una hora tienes de vida.
Muy deprisa se cansaba,
más deprisa se vestía
ya se va para la calle
en donde su amor vivía.
Ábreme la puerta blanca,
ábreme la puerta niña,
como te podré yo abrir
si la ocasión no es venida.
Mi padre no fue a palacio,
mi madre no está dormida.
Si no me abres esta noche
ya no me abrirás querida.
La muerte me anda buscando
junto a ti vida sería.
Vete bajo mi ventana
donde labraba y cosía.
Te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el hilo no alcanzare
mis trenzas añadiría.
Se rompió el cordón de seda
la muerte que ahí venía
vamos el enamorado
que la hora ya es cumplida.
Cuestiones:
- Realiza el resumen del argumento de la composición poética.
- ¿Cuál es el tema de la composición? Emplea dos mecanismos de cohesión para explicar la intención comunicativa del texto.
- Establece la estructura interna del texto.
- Elabora el análisis métrico de los primeros 10 versos.
- Reconoce las características formales de los romances en la composición.
- ¿A qué categoría pertenecería esta composición: romance histórico, romance literario o romance novelesco? Razona tu respuesta en todo momento.
TEXTO 4. Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo.
MILAGRO VI
EL LADRÓN DEVOTO
Había un ladrón malo que prefería hurtar
a ir a las iglesias o puentes levantar;
solía con lo hurtado su casa gobernar,
tomó costumbre mala que no podía dejar.
Entre todo lo malo tenía una bondad
que al final le valió y le dio salvedad:
creía en la Gloriosa con toda voluntad
y siempre saludaba hacia su majestad.
Como aquel que mal anda en mal ha de caer,
una vez con el hurto lo hubieron de prender;
como ningún consejo lo pudo defender
juzgaron que en la horca lo debían poner.
Lo llevó la justicia para la encrucijada
donde estaba la horca por el concejo alzada,
cerránronle los ojos con toca bien atada,
alzáronlo de tierra con la soga estirada.
Alzáronlo de tierra cuando alzarlo quisieron,
cuantos estaban cerca por muerto lo tuvieron:
más si antes supiesen lo que después supieron
nunca le hubieran hecho todo lo que le hicieron.
La Madre gloriosa, tan ducha en acorrer,
la que suele a sus siervos en las cuitas valer,
a este condenado quísolo proteger,
recordose el servicio que solía hacer.
Puso bajo sus pies, donde estaba colgado,
sus manos preciosísimas; túvolo levantado;
no se sintió por cosa ninguna embarazado,
ni estuvo más vicioso nunca ni más pagado.
Al fin al tercer día vinieron los parientes,
vinieron los amigos y vecinos clementes;
venían para descolgarlo rascados y dolientes,
pero estaba mejor de lo que creían las gentes.
Y estuvieron de acuerdo toda esa mesnada
en que los engaño una mala lazada,
que debían degollarlo con hoz o con espada:
por un ladrón no fuera la villa deshonrada.
Fueron por degollarlo los mozos más livianos
con buenos serraniles, grandes y bien adianos:
metió Santa María entre medio las manos
y quedaron los cueros de su garganta sanos.
Lo dejaron en paz que siguiese su vía,
porque no querían ir contra Santa María;
su vida mejoró, se apartó de folía,
cuando cumplió su curso murióse de su día.
A madre tan piadosa, de tal benignidad,
que en buenos como en malos ejerce su piedad,
debemos bendecirla de toda voluntad:
aquél que la bendijo ganó gran heredad.
Cuestiones
1. Redacta un resumen del contenido del Milagro VI.
2. Formula el tema principal del Milagro VI reforzado por dos elementos de cohesión.
3. Determina la estructura de la composición: indica de cuántas partes se compone y cómo se distribuyen.
4. Identifica los personajes que aparecen en el texto y analiza el espacio en el que se desarrolla la acción.
5. Realiza el análisis métrico de las dos primeras estrofas de la composición.
TEXTO 5. Libro de buen Amor, de Juan Ruíz, Arcipreste de Hita.
Si leyeres a Ovidio que por mí fue educado,
hallarás en él cuentos que yo le hube mostrado,
y muy buenas maneras para el enamorado;
Pánfilo, cual Nasón, por mí fue amaestrado.
Si quieres amar dueñas o a cualquier mujer
muchas cosas tendrás primero que aprender
para que ella te quiera en amor acoger.
Primeramente, mira qué mujer escoger.
Busca mujer hermosa, atractiva y lozana,
que no sea muy alta pero tampoco enana;
si pudieras, no quieras amar mujer villana,
pues de amor nada sabe, palurda y chabacana.
Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña,
cabellos amarillo no teñidos de alheña;
las cejas apartadas, largas, altas, en peña;
ancheta de caderas, ésta es talla de dueña.
Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes
y con largas pestañas, bien claras y rientes;
las orejas pequeñas, delgadas; para mientes (fíjate)
si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes.
La nariz afilada, los dientes menudillos,
iguales y muy blancos, un poco apartadillos,
las encías bermejas, los dientes agudillos,
los labios de su boca bermejos, angostillos.
La su boca pequeña, así, de buena guisa
su cara sea blanca, sin vello, clara y lisa,
conviene que la veas primero sin camisa
pues la forma del cuerpo te dirá: ¡esto aguisa!
Cuestiones:
- Lee el fragmento y sintetiza el argumento del arcipreste en relación las condiciones de la mujer.
- ¿Cuál es la intención comunicativa del autor? Señala dos elementos de cohesión que refuercen tu razonamiento.
- Realiza el análisis métrico de las dos primeras estrofas.
- A partir de la composición, se establece un canon de belleza según el arcipreste. ¿Cuál es el canon de belleza que impera actualmente? Realiza un texto argumentativo entre 150 y 200 palabras.
TEXTO 6. El conde Lucanor, de Don Juan Manuel.
LO QUE, AL MORIRSE, DIJO UN GENOVÉS A SU ALMA
Un día hablaba el Conde Lucanor con su consejero Patronio y le contaba lo siguiente:
-Patronio, gracias a Dios yo tengo mis tierras bien cultivadas y pacificadas, así como todo lo que preciso según mi estado y, por suerte, quizás más, según dicen mis iguales y vecinos, algunos de los cuales me aconsejan que inicie una empresa de cierto riesgo. Pero aunque yo siento grandes deseos de hacerlo, por la confianza que tengo en vos no la he querido comenzar hasta hablaros, para que me aconsejéis lo que deba hacer en este asunto.
-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, para que hagáis lo más conveniente, me gustaría mucho contaros lo que le sucedió a un genovés.
El conde le pidió que así lo hiciera.
Patronio comenzó:
-Señor Conde Lucanor, había un genovés muy rico y muy afortunado, en opinión de sus vecinos. Este genovés enfermó gravemente y, notando que se moría, reunió a parientes y amigos y, cuando estos llegaron, mandó llamar a su mujer y a sus hijos; se sentó en una sala muy hermosa desde donde se veía el mar y la costa; hizo traer sus joyas y riquezas y, cuando las tuvo cerca, comenzó a hablar en broma con su alma:
»-Alma, bien veo que quieres abandonarme y no sé por qué, pues si buscas mujer e hijos, aquí tienes unos tan maravillosos que podrás sentirte satisfecha; si buscas parientes y amigos, también aquí tienes muchos y muy distinguidos; si buscas plata, oro, piedras preciosas, joyas, tapices, mercancías para traficar, aquí tienes tal cantidad que nunca ambicionarás más; si quieres naves y galeras que te produzcan riqueza y aumenten tu honra, ahí están, en el puerto que se ve desde esta sala; si buscas tierras y huertas fértiles, que también sean frescas y deleitosas, están bajo estas ventanas; si quieres caballos y mulas, y aves y perros para la caza y para tu diversión, -45- y hasta juglares para que te acompañen y distraigan; si buscas casa suntuosa, bien equipada con camas y estrados y cuantas cosas son necesarias, de todo esto no te falta nada. Y pues no te das por satisfecha con tantos bienes ni quieres gozar de ellos, es evidente que no los deseas. Si prefieres ir en busca de lo desconocido, vete con la ira de Dios, que será muy necio quien se aflija por el mal que te venga.
»Y vos, señor Conde Lucanor, pues gracias a Dios estáis en paz, con bien y con honra, pienso que no será de buen juicio arriesgar todo lo que ahora poseéis para iniciar la empresa que os aconsejan, pues quizás esos consejeros os lo dicen porque saben que, una vez metido en ese asunto, por fuerza habréis de hacer lo que ellos quieran y seguir su voluntad, mientras que ahora que estáis en paz, siguen ellos la vuestra. Y quizás piensan que de este modo podrán medrar ellos, lo que no conseguirían mientras vos viváis en paz, y os sucedería lo que al genovés con su alma; por eso prefiero aconsejaros que, mientras podáis vivir con tranquilidad y sosiego, sin que os falte nada, no os metáis en una empresa donde tengáis que arriesgarlo todo.
Al conde le agradó mucho este consejo que le dio Patronio, obró según él y obtuvo muy buenos resultados.
Y cuando don Juan oyó este cuento, lo consideró bueno, pero no quiso hacer otra vez versos, sino que lo terminó con este refrán muy extendido entre las viejas de Castilla:
El que esté bien sentado, no se levante.
Cuestiones
1. Analiza la estructura del Ejemplo V. Para ello, indica a qué líneas corresponden al marco narrativo y aquellas que incluyen el relato enmarcado.
2. Explica el conflicto que plantea el conde Lucanor a su consejero. ¿Qué relación existe entre este problema y el relato de Patronio?
3. Redacta un breve texto argumentativo, formado entre 150 y 200 palabras, a partir de la sentencia del Ejemplo V.
TEXTO 7. La Celestina, de Fernando de Rojas.
AUTO I
CALISTO.- En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios.
MELIBEA.- ¿En qué, Calisto?
CALISTO.- En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase, y hacer a mí, inmérito, tanta merced que verte alcanzase, y en tan conveniente lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiese. Sin duda, incomparablemente es mayor tal galardón que el servicio, sacrificio, devoción y obras pías que por este lugar alcanzar tengo yo a Dios ofrecido. ¿Quién vio en esta vida cuerpo glorificado de ningún hombre como ahora el mío? Por cierto, los gloriosos santos que se deleitan en la visión divina no gozan más que yo ahora en el acatamiento tuyo. Mas, ¡oh triste!, que en esto diferimos: que ellos puramente se glorifican sin temor de caer de tal bienaventuranza y yo, mixto, me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia me ha de causar.
MELIBEA.- ¿Por gran premio tienes éste, Calisto?
CALISTO.- Téngolo por tanto, en verdad, que si Dios me diese en el cielo silla sobre sus santos, no lo tendría por tanta felicidad.
MELIBEA.- Pues aun más igual galardón te daré yo si perseveras.
CALISTO.- ¡Oh bienaventuradas orejas mías, que indignamente tan gran palabra habéis oído!
MELIBEA.- Más desaventuradas de que me acabes de oír, porque la paga será tan fiera cual merece tu loco atrevimiento y el intento de tus palabras ha sido. ¿Cómo de ingenio de tal hombre como tú haber de salir para se perder en la virtud de tal mujer como yo? ¡Vete, vete de ahí, torpe!, que no puede mi paciencia tolerar que haya subido en corazón humano conmigo en ilícito amor comunicar su deleite.
CALISTO.- Iré como aquel contra quien solamente la adversa fortuna pone su estudio con odio cruel.
Cuestiones:
- Elabora un resumen del fragmento.
- Indica la intención comunicativa del texto apoyándote en dos mecanismos de coherencia y cohesión.
- ¿A qué parte de la obra pertenece este fragmento? Desde un punto de vista teórica, ¿qué podrías decir de este auto (fecha de la obra, autoría, género, etc...)?
- Identifica las características del amor cortés en este fragmento.
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