6 de octubre de 2025

MIS ESCRITOS. LOS ZAPATOS ROJOS. 2025

Estimados poeliteratos:

En esta entrada os paso un cuento titulado Los zapatos rojos. 
Espero que os guste la historia. 

Atentamente, 
Alejandro Aguilar Bravo. 




LOS ZAPATOS ROJOS

A Anabel la vida no se la puso fácil. De niña conoció el hambre que duele en silencio, las burlas por su ropa gastada y las humillaciones que pesan más que cualquier golpe. Más tarde, sufrió un amor que le dejó cicatrices en el alma y trabajos tan duros que apenas alcanzaban para sobrevivir.

Con todo ese peso a cuestas, cualquiera se habría rendido. Pero Anabel no. Cada mañana salía a la calle con la cabeza erguida y unos viejos zapatos rojos que brillaban como si guardaran dentro un fuego secreto.

La gente la observaba con curiosidad. Algunos pensaban que era vanidad, otros que buscaba llamar la atención. Pero lo cierto era que nadie entendía cómo, después de tantas tormentas, Anabel seguía sonriendo al caminar.

Una tarde de invierno, al cruzar la plaza, Anabel vio a una niña sentada en el suelo. Tenía las manos extendidas y los ojos grandes, llenos de frío y de hambre. Pedía limosna con un hilo de voz apenas audible.

Anabel se detuvo. Abrió su bolso y sacó un pequeño paquete con magdalenas que había comprado esa mañana. Lo colocó en las manos de la niña con una sonrisa. La pequeña lo sostuvo como si le hubieran entregado un tesoro, y, de pronto, sus ojos se fijaron en los zapatos de Anabel.

—Señora —preguntó con timidez—, ¿por qué siempre lleva esos zapatos rojos?

Anabel la miró con ternura, acariciándole el cabello enmarañado.
—Porque me recuerdan que siempre se puede seguir caminando —respondió.

La niña guardó silencio, apretando entre sus manos las magdalenas calientes. Luego sonrió con la inocencia de quien sueña incluso en la pobreza.
—Algún día, yo también llevaré zapatos rojos.

Y en ese instante, Anabel comprendió que sus pasos dejaban huella, no solo en las baldosas de la calle, sino en los corazones de quienes aún necesitaban esperanza.

Siguió caminando, y las huellas de sus zapatos parecían pequeñas brasas encendidas, como un sendero para que otros recordaran que la vida, a pesar de todo, siempre invita a seguir adelante.

Alejandro Aguilar Bravo, Los zapatos rojos, 2025

Cuestiones
  1. ¿Qué dificultades y desgracias tuvo que enfrentar Anabel a lo largo de su vida?

  2. ¿Qué significado tenían los zapatos rojos en el día a día de Anabel?

  3. ¿Cómo reacciona la gente del pueblo al verla siempre sonriendo con sus zapatos rojos?

  4. ¿Qué ocurre en la plaza cuando Anabel se encuentra con la niña mendiga y qué gesto tiene con ella?

  5. ¿Qué representa la frase de la niña “Algún día, yo también llevaré zapatos rojos” dentro del cuento?

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