En esta entrada os paso la adaptación teatral que han elaborado los integrantes del GRUPO 2 (Adam, Sara, Nur, Ianis y Nurimen) del cuento clásico de los hermanos Grimm, Caperucita Roja.
Espero que os guste.
Atentamente,
Alejandro Aguilar Bravo.
ADAPTACIÓN TEATRAL - TEATRO DE TÍTERES
CAPERUCITA ROJA
(Música suave de mañana. Mamá prepara una cesta. Entra Caperucita alegremente.)
MAMÁ:
¡Buenos días, Caperucita! ¿Has dormido bien?
CAPERUCITA:
Sí, mamá. He soñado que volaba con las mariposas.
MAMÁ:
Qué sueño tan bonito. Pero hoy tienes una misión muy importante.
CAPERUCITA:
¿Una misión? ¡Qué emoción!
MAMÁ:
Tu abuelita está un poco enferma. Quiero que le lleves esta cesta con una torta y una botella de vino. Así se sentirá mejor.
CAPERUCITA:
¿Puedo ponerle una flor? Le encantan las flores.
MAMÁ:
Buena idea, pero solo una. No te entretengas por el camino.
(Mamá le da la cesta y Caperucita la mira curiosa.)
CAPERUCITA:
Mmm… qué bien huele la torta. ¿Puedo probar un poquito?
MAMÁ:
Solo una miguita, ¡pero nada más!
CAPERUCITA:
(Probando) ¡Deliciosa!
MAMÁ:
Escucha bien, Caperucita: camina sin correr, no te apartes del camino y no hables con extraños.
CAPERUCITA:
Tranquila, mamá. ¡Prometido!
MAMÁ:
Anda, ponte tu caperuza roja.
CAPERUCITA:
(Se la pone feliz) ¡Me queda perfecta!
MAMÁ:
Sí, por eso todos te llaman Caperucita Roja.
CAPERUCITA:
¡Adiós, mamá! Iré rápido para que la abuela no se preocupe.
MAMÁ:
Adiós, hijita. Y cuidado con el bosque.
(Caperucita sale cantando. Mamá suspira y sonríe al público.)
MAMÁ:
Ay, esta niña… ojalá no se distraiga.
(Se apagan las luces con música de transición al bosque.)
ESCENA 2: En el bosque
(Música alegre. Caperucita camina feliz con su cesta.)
CAPERUCITA:
Qué bonito está todo. ¡Cuántas flores y pajaritos!
(Mira al público)
Solo mirar no hace daño, ¿verdad?
(Aparece el Lobo, escondido tras un árbol.)
LOBO:
¡Buenos días, Caperucita Roja!
CAPERUCITA:
¡Oh! Buenos días, señor Lobo.
LOBO:
¿A dónde vas tan temprano, tan contenta?
CAPERUCITA:
Voy a casa de mi abuelita. Está enferma. Le llevo torta y vino.
LOBO:
Mmm… ¡qué rico! Digo… ¡qué bien! ¿Y dónde vive tu abuelita?
CAPERUCITA:
Al final del bosque, debajo de tres encinas grandes, junto a unos avellanos.
LOBO:
Ah, sí, sí… ya sé. ¡Qué sitio tan bonito!
(Sonriendo)
¿Sabes qué haría feliz a tu abuela? Un ramo de flores del bosque.
CAPERUCITA:
¡Qué buena idea! Voy a recogerle unas cuantas.
(Caperucita empieza a coger flores.)
LOBO (bajito al público):
Je, je, je… mientras ella se entretiene, yo tomaré el camino corto. ¡Y llegaré primero!
(El lobo se va sigilosamente. Caperucita sigue recogiendo flores.)
CAPERUCITA:
¡Qué flores tan lindas!
(Apila flores en su cesta)
Ya tengo muchas. Ahora sí, ¡a casa de la abuela!
(Sale del escenario. Música de transición, cambia la luz.)
ESCENA 3: En casa de la abuelita
(La Abuelita está en su cama. Se oyen golpes en la puerta.)
ABUELITA:
¿Quién es?
LOBO (imitando voz de niña):
Soy yo, abuelita, Caperucita Roja. Te traigo torta y vino.
ABUELITA:
Pasa, hijita, la puerta está abierta.
(El lobo entra, se acerca lentamente a la cama.)
LOBO:
¡GRRR! ¡Te voy a comer!
(La abuela da un grito suave y el lobo la “come” o la esconde bajo la manta. Luego se pone su gorro y se acuesta en la cama.)
LOBO (bajito):
Ahora solo falta la nieta…
(Se apagan un poco las luces, música de transición.)
ESCENA 4: Caperucita llega a casa de la abuela
(Caperucita toca la puerta con su cestita.)
CAPERUCITA:
¿Abuelita? Soy yo, Caperucita.
LOBO (imitando voz):
Pasa, hijita, pasa.
(Caperucita entra, mira con curiosidad.)
CAPERUCITA:
Abuelita… qué rara está tu voz. ¿Estás resfriada?
LOBO:
Sí, un poquito, querida.
CAPERUCITA:
(Se acerca) ¡Qué orejas tan grandes tienes!
LOBO:
Son para oírte mejor.
CAPERUCITA:
Y qué ojos tan grandes tienes…
LOBO:
Son para verte mejor.
CAPERUCITA:
Y qué manos tan grandes tienes…
LOBO:
Son para abrazarte mejor.
CAPERUCITA:
¡Y qué boca tan grande tienes!
LOBO:
¡Es para comerte mejor! ¡GRRRR!
(El lobo salta, hace un ruido divertido, y “se la come”. Suenan tambores cómicos.)
ESCENA 5: Llega el cazador
(El lobo duerme en la cama y ronca muy fuerte.)
CAZADOR:
¡Qué ronquidos! ¡La abuela nunca roncó así! Voy a ver qué pasa.
(Se acerca y ve al lobo durmiendo.)
CAZADOR:
¡Ajá! ¡Aquí estás, viejo lobo! Pero… espera. Tal vez la abuela esté dentro.
(Finge cortar la barriga del lobo con unas tijeras. Se oyen “clic, clic”.)
CAPERUCITA (saliendo):
¡Ay, qué susto pasé! ¡Estaba tan oscuro ahí dentro!
ABUELITA (saliendo también):
Uf… ¡qué alivio!
CAZADOR:
Ya están a salvo. Vamos a enseñarle una lección a este lobo.
(Caperucita recoge piedras y las mete en la barriga del lobo.)
CAPERUCITA:
Así aprenderá a no engañar más.
(El lobo se despierta, intenta levantarse y se cae.)
LOBO:
¡Ay, qué pesado estoy! ¡Auuu!
(Cae al suelo. Música divertida.)
ABUELITA:
Gracias, señor cazador.
CAPERUCITA:
Y gracias a ti, abuelita. Prometo no volver a hablar con extraños.
CAZADOR:
Así me gusta, pequeña.
LOBO (desde el suelo):
Yo… yo también prometo… ¡comer solo frutas y verduras!
(Todos ríen.)
TODOS:
“Y así terminó la historia de Caperucita Roja,
que aprendió a escuchar a su mamá.”
(Música alegre. Telón baja lentamente.)

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