13 de octubre de 2025

UNIDAD DE PROGRAMACIÓN 1. NATURALMENTE. 15ª SESIÓN. TALLER DE CREACIÓN LITERARIA: CARTAS CREATIVAS.

Estimados Poeliteratos:

En esta entrada os paso la 15ª sesión de la Unidad de Programación 1. Naturalmente, centrada en la elaboración de un taller de creación literaria.
Espero que os sea de ayuda. 
Atentamente, 
Alejandro Aguilar Bravo. 



1ª Actividad. Actividad de repaso. Corrección de actividades. 

Descripción de la actividad. Corrección de las actividades de la sesión anterior. 


Recurso. Las actividades de clase se corregirán en el cuaderno del alumno. 
Agrupamiento. Actividad en gran grupo.
Tiempo estimado. 10 minutos. 

2ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. Dictado 15. 

Descripción de la actividad. Elaboración de un dictado a partir de la siguiente norma:  Las palabras que comienzan por EVA-, EVE-, EVI-, EVO- (excepto ébano y ébanoide). Ejemplo: Evaluar, evidente, evitar, evolución.
DICTADO 15 de Alejandro Aguilar Bravo Recurso
. El enlace del dictado es el siguiente: Dictado 15
Agrupamiento. Actividad en gran grupo (Todos los alumnos elaborarán el dictado en el cuaderno de clase) e individual (Uno de ellos lo realizará en la pizarra, sirviendo como modelo para su corrección)
Tiempo estimado. 5 minutos. 

3ª Actividad. Actividad de inicio y motivación. El día de los muertos. 

Descripción de la actividad. Visionado de un cortometraje de animación, titulado El día de los muertos. Tras ello, los alumnos nos explicarán el contenido del vídeo. 

Recurso. El enlace de la actividad es el siguiente: El día de los muertos
Agrupamiento. Actividad en gran grupo.
Tiempo estimado. 5 minutos. 

4ª Actividad. Actividad de desarrollo. Taller de creación literaria. La carta literaria. 

Descripción de la actividad. Explicación teórica sobre qué es una carta literaria y cuáles son los pasos a seguir para llevar a cabo su elaboración. 


Recurso. El enlace de la actividad es el siguiente: La carta literaria 
Agrupamiento. Actividad individual. 
Tiempo estimado. 10 minutos. 

5ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. La última promesa. 

Descripción de la actividad. Lectura y análisis de un cuento, titulado La última promesa. Tras ello, los alumnos responderán a una serie de preguntas relacionadas con el contenido del texto. 

LA ÚLTIMA PROMESA

Manuel tenía cuarenta años y una madurez que no le nació de la edad, sino de la renuncia. Era el mayor de tres hermanos, y desde el día en que su padre murió —hace quince años— algo invisible se posó sobre sus hombros: la responsabilidad. No hubo rito para entregársela, ni palabras ceremoniosas. Solo una mirada de su madre, rota y en silencio, y la comprensión súbita de que, desde ese día, él ya no podía permitirse caer.

Aquel domingo, el cielo estaba cubierto de nubes quietas, como si el mundo contuviera la respiración. Manuel caminaba despacio hacia el cementerio con una carta doblada en el bolsillo interior de la chaqueta. Avanzaba como quien vuelve a un lugar sagrado. No era el cansancio lo que pesaba en sus pasos, sino la certeza de que estaba a punto de hacer algo que había postergado durante demasiado tiempo: hablar de verdad con su padre.

Cuando llegó ante la tumba, no pronunció palabra. No hizo falta. Se arrodilló, apoyó la carta sobre la piedra fría y, con un hilo de voz que apenas era sonido, murmuró:

—Esta vez voy a contártelo todo.

Y la carta decía:

Papá:

Han pasado quince años desde aquella última tarde en el hospital. A veces todavía escucho tu voz, cansada pero firme, diciéndome: “Cuida de tu madre y de tus hermanos… pero no te olvides de cuidarte tú también”. Te prometí que lo haría. Te lo prometí con los ojos llenos de lágrimas, creyendo —ingenuamente— que el tiempo me enseñaría a entenderlo.

Papá, cumplí la primera parte. He cuidado de mamá cuando ya no podía sostenerse, he estado junto a Inés en cada caída, y he sido apoyo para Daniel cuando quiso rendirse. Pero de la segunda parte… de esa parte que hablaba de mí, no supe cómo ocuparme.

Desde que te fuiste, la casa se quedó sin suelo firme. Mamá se rompía en silencio, e Inés y Daniel —los pequeños— no entendían por qué tú ya no abrías la puerta. Entonces alguien tenía que sostenerlos. Y sin que nadie lo dijera en voz alta… fui yo.

Dejé de ser hijo y empecé a ser sostén. Aprendí a medir la compra del mes como tú lo hacías, a revisar facturas, a calmar lágrimas que aún no sabía nombrar. Me convertí en apoyo, en hombro, en calma… aunque por dentro hubiera un niño que también quería llorar por su padre.

¿Sabes qué fue lo más difícil? No tener dónde derrumbarme. Cada vez que sentía que ya no podía más, me repetía: “Si papá estuviera, diría que siga”. Y seguía. No por valentía, sino por amor. Hay días en que he sentido que mi vida entera ha sido un intento torpe y hermoso de honrar la tuya.

No sé si lo hice bien, papá. Solo sé que cada vez que saco fuerza de donde no hay, pienso en ti. Y eso, de algún modo, me sostiene.

Hoy he venido para decirte que, aunque no estés, sigues siendo mi forma de medir el mundo. Que aún camino buscándote, como un niño que mira entre la gente en una plaza llena.

Quisiera creer que me ves. Y si es así, solo quiero saber una cosa: ¿estás orgulloso de mí?

Con todo lo que callé, con lo que aún tiembla,
Manuel.

Manuel dejó la carta sobre la tumba como quien entrega algo que arde. Permaneció allí un largo instante, con los ojos cerrados, y por primera vez en quince años no sintió que tenía que ser fuerte. Al marcharse, una extraña ligereza, pequeña pero real, lo acompañó.

Esa noche durmió profundamente, sin darse cuenta de que algo había cambiado.

Al amanecer, la luz entró por la ventana y se detuvo sobre su mesita de noche. Allí, reposando sobre la madera, había un sobre blanco. Simple. Sin adornos. Con una caligrafía firme que él reconoció al instante, como se reconoce una voz en mitad del ruido.

Con las manos temblorosas, lo abrió.

Hijo:

Donde otros cayeron, tú te mantuviste en pie.
Hiciste más que cuidarlos: les diste esperanza.
Te pedí que fueras fuerte, y lo fuiste.
Te pedí que no te olvidaras de ti…
—y es hora de que empieces a cumplir también esa parte.

Sí, Manuel. Lo hiciste bien.
Y ahora te toca vivir para ser feliz.

Manuel apoyó la carta sobre su pecho, cerró los ojos… y por primera vez desde que su padre se fue, sintió una quietud dulce, como si alguien —desde muy lejos— le hubiera acariciado el alma.

Alejandro Aguilar Bravo, La última promesa, 2025

Cuestiones
  • ¿Qué cambio marcó la vida de Manuel tras la muerte de su padre y cómo afectó eso a su forma de vivir?
  • ¿Qué significado tiene la frase que el padre le dijo en el hospital y por qué Manuel solo cumplió la primera parte de la promesa?
  • ¿Qué emociones provoca en Manuel escribir la carta después de tantos años y por qué se siente como si algo “ardiera” al dejarla sobre la tumba?
  • ¿Por qué podemos decir que la carta del padre simboliza más que una simple respuesta? ¿Qué representa realmente para Manuel?
  • ¿Qué transformación interior experimenta Manuel al final del cuento? ¿Qué ha cambiado en su forma de mirar su propia vida?
  • Establece la estructura del texto.
  • Elabora el resumen de la composición.
  • Indica el tema del texto.
Recurso. Fotocopia del texto. 
Agrupamiento. Actividad en gran grupo (Lectura del texto) e individual (Elaboración de las actividades)
Tiempo estimado. 15 minutos. 

6ª Actividad. Taller de creación literaria. La carta literaria. 

Descripción de la actividad. Elabora una carta literaria, atediendo los pasos explicados en esta sesión, donde el alumnado le escriba a su yo del futuro, explicando que no se olvide de ser feliz. 


Recurso. La actividad se realizará en el cuaderno de clase. 
Agrupamiento. Actividad individual. 
Tiempo estimado. 10 minutos (La actividad dará comienzo en clase, pero se mandará como tarea para casa)

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