23 de febrero de 2015

LA LITERATURA RENACENTISTA. APUNTES DE CLASE.

¡Buenas a tod@s!
En esta entrada incorporo el tema destinado al estudio de la LITERATURA RENACENTISTA. Después de explicar con detenimiento la obra de Fernando de Rojas, nos centraremos en el estudio de la lírica renacentista. 
Atentamente, 
Alejandro Aguilar Bravo.



TEMA 9. LA LITERATURA RENACENTISTA.


1. PENSAMIENTO Y CULTURA EN EL SIGLO XVI
El término Renacimiento define todo el periodo cultural y social posterior a la Edad Media. Alude al renacer de los estudios clásicos y a la veneración por los autores grecolatinos. Está estrechamente relacionado con el concepto de Humanismo: movimiento cultural iniciado en Italia que, considerando al hombre centro del universo, dedica sus esfuerzos al estudio de las letras humanas. Estos estudios acaban por extenderse a todas las ramas del saber y configuran una visión del mundo inseparable de las nuevas condiciones socioeconómicas de la época. Los principales rasgos del Renacimiento son los siguientes:
              Se destaca la dignidad del hombre, centro del mundo y dueño de su destino, lo cual se opone al teocentrismo e inmovilismo de la sociedad estamental. Estamos ante el típico individualismo burgués.
              Intenso vitalismo que se manifiesta tanto en el arte y en la literatura de este periodo como en el esplendor casi pagano de cortes y palacios, con sus fiestas y lujos. Se canta el amor y los placeres en una sociedad muy secularizada  y alejada de la concepción teocéntrica de la Edad Media.
              Optimismo: es una época esencialmente optimista en la que se piensa que el hombre es la medida de todas las cosas y que es capaz de dominar el universo con sus conocimientos.
              Racionalismo: será un rasgo dominante de la época. La confianza en el poder de la razón explica el nacimiento de una idea bien fecunda desde entonces: la idea de progreso. Según ella, la economía y el mundo material pueden avanzar  de forma indefinida y también el hombre en el terreno moral puede alcanzar cotas de humanidad desconocidas. Se considera que el saber puede hacer mejor al hombre.
              Neoplatonismo: según las ideas neoplatónicas, la realidad material no es sino una manifestación del orden espiritual superior, armónico y perfecto, que el hombre puede alcanzar por el conocimiento, el amor, la contemplación de la belleza natural, etc.
              Afán de reformas: la insatisfacción intelectual humanista lleva a proponer profundas reformas, propugnar utopías  y, en algunos casos, al escepticismo  y al desengaño. El deseo de renovación religiosa culminará pronto en el Cisma de Occidente que supondrá la fragmentación de la iglesia cristiana por el auge de la reforma protestante promovida por Martin Lutero que propugna como ideal la pureza evangélica, la religiosidad individual basada en el libre examen y la lectura personal de los libros sagrados. Ante estas propuestas de renovación religiosa, la Iglesia católica convocó el Concilio de Trento. En él se definieron los dogmas católicos esenciales en un intento de hacer frente al protestantismo. Esta reacción dará lugar a un movimiento religioso y político llamado Contrarreforma, en el que desempeñó un papel importantísimo España.
              Se produce una revalorización del latín, al mismo tiempo que se promociona el uso de las lenguas vulgares: por una parte, se intenta llegar al máximo número de lectores y por otra, la cultura se va convirtiendo en un coto cerrado para los entendidos, los humanistas, y el latín es el idioma apropiado para entenderse entre ellos por encima de las fronteras, pero también el muro de contención adecuado para impedir el acceso a intrusos.
              El Renacimiento es un periodo de gran auge artístico y cultural. Es la época de científicos como Copérnico o Kepler, de artistas como Rafael, Miguel Ángel, Fray Angélico, Piero della Francesca, Botticelli; arquitectos como Brunelleschi o Bramante; músicos como Palestrina, Tomás Luis de Victoria o escritores como Shakespeare, Marlowe, Rabelais, Ronsard, Montaigne, Sá de Miranda, Camoens, además de la impresionante nómina de escritores españoles.

2.         ESPAÑA EN EL SIGLO XVI
En el siglo XVI España impone su hegemonía en Europa. Políticamente, se crea el gran imperio español, con Carlos I y Felipe II. Los grandes descubrimientos y la victoria de Lepanto son dos símbolos del esplendor y la plenitud política. La economía pasa de un periodo de gran prosperidad a una fuerte crisis que llevó a la bancarrota del estado en varias ocasiones. Esto generará una grave crisis social.
Tras una época de aperturismo cultural, en la primera mitad del siglo, se pasa a la cerrazón  y censura en el reinado de Felipe II, para evitar el contagio de las ideas protestantes. Es un periodo de gran poder de la Inquisición y en el que se sigue el espíritu de la Contrarreforma.
Socialmente, la nobleza sigue teniendo en el siglo XVI una importancia preeminente, continúan teniendo apreciables privilegios, por lo que hay un gran interés por conseguir al menos la categoría de hidalgo. En el siglo XVI se acentúan los valores nobiliarios y se acentúa el desprecio hacia el trabajo manual. Esta actitud provoca una ola creciente de vagabundos, mendigos y pordioseros.  Dentro de la sociedad renacentista española destacan los conversos, judíos y moriscos obligados a convertirse al cristianismo para evitar la expulsión. Este grupo social fue siempre visto con suspicacia por los cristianos viejos y en muchos casos perseguidos por la Inquisición.
Culturalmente, el Humanismo español conocerá su época de máximo apogeo en el primer tercio del siglo XVI. Este pujante humanismo se ve vivificado por la influencia del erasmismo. La Contrarreforma, a través de la Inquisición, significará la decadencia de este humanismo español, ya que se prohíbe a los españoles estudiar en el extranjero y se publica el Índice de Libros prohibidos.

3.  LA POESÍA EN EL SIGLO XVI
3.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA POESÍA EN EL SIGLO XVI
La poesía que más escucha la población del siglo XVI continúa siendo la lírica tradicional y el romancero, que se transmite a través de los Cancioneros donde convive la poesía popular con la culta.
Desde fines de los años 20 y hasta la mitad del siglo, se produce la aclimatación de las nuevas formas y contenidos procedentes de Italia. Fecha clave será la de 1543, año en que se publican póstumamente las obras de Juan Boscán y Garcilaso de la Vega, pioneros en la defensa de la poesía renacentista italianizante. La rápida difusión de sus obras, especialmente las de Garcilaso, contribuirá de modo decisivo al triunfo de la nueva poesía. Ésta introduce nuevos géneros, motivos, temas, versos y estrofas, además de una sensibilidad poética diferente

3.2. TEMAS DE LA POESÍA EN EL SIGLO XVI
a. Tópicos clásicos
La literatura clásica grecolatina va a proporcionar temas y géneros en la poesía renacentista. Así, reaparecen insistentemente una serie de tópicos clásicos en la lírica renacentista:
                        Carpe diem (‘Goza del día de hoy’): llamada a aprovechar el momento, pues la vida es breve y la fortuna variable y no se sabe qué puede ocurrir mañana.
                        Collige, virgo, rosam (‘Recoge, doncella, las rosas’): exhortación a una joven para que ame antes de que el tiempo marchite su belleza.
                        Aurea mediocritas (‘La feliz mediocridad’): alabanza de la vida moderada, alejada de grandes ambiciones y pasiones que sólo acarrearían preocupaciones e infelicidad.
                        Beatus ille (‘Feliz aquel’): añoranza de la vida apartada del fragor mundano, generalmente en contacto con la naturaleza, lugar apropiado para encontrar la paz y la armonía. A este estaría muy próximo otro tópico renacentista conocido como menosprecio de corte y alabanza de aldea, en el que por iguales motivos se pondera la vida en el campo en detrimento de la ajetreada y conflictiva vida cortesana.

b. Mitología
Es notable la presencia de la mitología en toda esta poesía. El acervo  mitológico proporciona al poeta un considerable conjunto de asuntos y motivos, que son tomados bien directamente de los autores clásicos, bien indirectamente de las mitografías, verdaderos diccionarios universales muy frecuentes en la época.

c. Amor
Tema omnipresente de la poesía renacentista es el amor. El amor está ahora influido por la filosofía neoplatónica. Es ahora una virtud del entendimiento, que contribuye a hacer mejores a los hombres. Mediante el amor, el hombre se eleva de lo inmaterial a lo material: superando la sensualidad, que es “pura materia”, la contemplación de la belleza femenina (como de la belleza de la naturaleza o la armonía musical) le permite acceder al conocimiento de la Belleza Absoluta.
Sin embargo, el amor aparece también como fuente de frustración y dolor: el enamorado percibe que le resulta imposible alcanzar el amor o comprueba que éste no es eterno y se puede perder. Por ello la poesía renacentista manifiesta la frustración y la inhibición, el deseo no satisfecho por medio de antítesis que son características de la lírica de este período: fuego/hielo, día/noche, calma/tormenta, paz/guerra…
Esta poesía desarrolla los tópicos del carpe diem, el collige, virgo, rosas…

d.  Poesía de carácter moral
La poesía de carácter moral crece en importancia a lo largo del siglo. Esta poesía es la que desarrolla los tópicos latinos del beatus ille o del aurea mediocritas. Hay que entenderla en dos sentidos: por un lado como manifestación de la insatisfacción ante una nueva sociedad individualista y urbana y, por otra, como consecuencia de la nueva moral de la Contrarreforma, surgida del Concilio de Trento, que postula un código de conducta más rígido frente al puritanismo protestante.

3.3. FORMAS DE LA POESÍA RENACENTISTA
Formalmente, la poesía renacentista es fuertemente innovadora: nuevos versos, nuevas estrofas, nuevos géneros:
                        Innovaciones métricas: el verso predilecto es el endecasílabo, con el que alterna frecuentemente el heptasílabo. Las estrofas más frecuentes son el soneto, la canción, la lira, los tercetos encadenados, la silva, la octava real, etc. De todas las estrofas destaca especialmente el soneto. Esta estrofa, surgida en el siglo XIII en Sicilia, tuvo un gran desarrollo en la lírica italiana, desde Dante y Petrarca a los poetas renacentistas, y fue adaptada al castellano con éxito por Garcilaso. Durante los siglos XVI y XVII se escribieron y publicaron miles de sonetos de muy diversos tipos y temas.
                        Innovaciones en los géneros: se recuperan muchos de la tradición grecolatina: églogas, odas, epístolas, elegías, sátiras…

En general, las dos líneas poéticas de la época, la amorosa y la moral, se diferencian también por la forma de expresión elegida. La lírica amorosa se expresa en canciones, sonetos, madrigales o sextinas; la de temática moral prefiere géneros como la epístola o la oda y estrofas como el terceto encadenado, la silva y la lira, además del soneto.

3.4. LA LITERATURA MÍSTICA
Es llamativo el desarrollo en el siglo XVI de la literatura mística. Los místicos aspiran a comunicarse directamente con Dios y expresan esa experiencia en prosa o en verso. La mística (etimológicamente, sabiduría secreta), intenta describir el don gratuito que Dios concede a algunas almas al fundirse con ellas y llenarlas de su amor. El proceso místico por el que el alma se funde con Dios atraviesa tres fases o vías:
-          Vía purgativa: por la cual el hombre se libera del pecado mediante la penitencia y la práctica de la virtud.
-          Vía iluminativa: mediante la cual el alma se somete a Dios, renuncia a la razón y a la inteligencia humanas y recibe una sabiduría especial que la ilumina. La culminación de la unión mística es el éxtasis, que supone la anulación total de los sentidos y un sentimiento tal de felicidad y gozo que es inefable, no puede expresarse con palabras.
-          Vía unitiva: que supone la fusión, la unión mística entre el alma y Dios.
Las dos primeras son comunes a ascetas y místicos; a la tercera sólo llegan almas privilegiadas, los místicos, por una gracia especialísima de Dios.
Las figuras más representativas de la mística española son Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

4. GARCILASO DE LA VEGA
4.1. VIDA Y PERSONALIDAD
De noble familia, nació en Toledo hacia 1501. Su corta vida se desarrolla durante la primera parte del reinado de Carlos I. Fue defensor de la causa del emperador en todo momento, incluso frente a los comuneros castellanos. Se casó en 1525, pero al año siguiente conoció a Isabel Freyre, una de las damas portuguesas de la emperatriz, de la cual se enamoró. Pero ella se casó en 1529, lo que produjo una grave crisis sentimental a Garcilaso. Isabel murió de sobreparto en 1533. Su amor imposible y el dolor por la muerte de la dama dejaron profunda huella en sus poemas.
En 1532 fue desterrado a una isla del Danubio y después a Nápoles por haber asistido al matrimonio secreto, no autorizado por el emperador, de un sobrino suyo. Su estancia en Italia fue decisiva, pues allí se relacionó con importantes humanistas, leyó y estudió a los autores clásicos y escribió sus mejores versos. Murió en 1536 en Niza, como resultado de una acción militar en Provenza.

Garcilaso ha pasado a la posteridad como prototipo del caballero renacentista, en la línea del modelo propuesto por Castiglione en El cortesano. Armonizaría en su persona el viejo ideal de las armas y de las letras: soldado, cortesano y poeta.

4.2. SU OBRA
Fue preparada para su edición por su amigo Juan Boscán y publicada en 1543. Es relativamente breve: la Oda a la flor de Gnido, una epístola en verso dirigida a Boscán, dos elegías, tres églogas, cuatro canciones, cuarenta sonetos y algunas muestras de poesía tradicional de cancionero. Esta reducida obra poética contiene, sin embargo, lo esencial en cuanto a géneros, temas, motivos, métrica, lengua, etc., de la poesía posterior. Entre su producción poética se destacan:
1.         Los sonetos garcilasianos, tras el fallido intento del Marqués de Santillana, significan la definitiva aclimatación de esta estrofa en la literatura española. Son generalmente de índole amorosa, algunos próximos aún al estilo y tópicos de la lírica de cancionero, otros portadores ya de la nueva sensibilidad renacentista. En esta misma línea pueden considerarse sus canciones.
2.         Las elegías, por su parte, descubren una influencia directa de los clásicos y una actitud estoica ante los sucesos desgraciados, no exenta, sin embargo, de un cierto vitalismo optimista.
3.         Las églogas, junto a algunos sonetos, representan la culminación del talento poético garcilasiano. La égloga es una composición poética bucólica en la que varios pastores dialogan sobre determinados temas, generalmente amorosos. Pese a su numeración, la Égloga II fue la primera  que escribió. Es la más extensa y la única de las tres que presenta una acción dramática. La Égloga I es la más conocida. Consta de 421 versos distribuidos en estancias, en los pastores Salicio y Nemoroso muestran su pesar por el desdén de su amada (Salicio) y por la muerte de sus amadas (Nemoroso). La Égloga III es, quizá, la obra más lograda de Garcilaso. Escrita en octavas reales, cuenta que, a orillas del Tajo, cuatro ninfas bordan en sus telas sendas historias de amor y muerte (la historia de Orfeo y Eurídice, la de Apolo y Dafne, la de Venus y Adonis y la de Elisa y Nemoroso) . La inclusión de la historia amorosa de Garcilaso (la historia de Elisa (Isabel Freyre) y Nemoroso (Garcilaso) supone una reelaboración artística considerable: la vida se transforma en poesía que, a su vez, se transforma en tema de pintura.

4.3. TEMAS
a.  El amor
El amor es el tema predominante en la poesía garcilasiana.  La concepción del amor de Garcilaso es marcadamente neoplatónica y con evidentes huellas de la tradición petrarquista. Indiferencia de la dama y dolor del amante, oscilación entre esperanza y desesperanza, el secreto —indispensable en el amor cortés—, diversos estados de conciencia analizados con agudeza: todo aparece en Garcilaso.
Su poesía transmite una fuerte sensación de sinceridad, que se ha relacionado con el carácter autobiográfico de los poemas de Garcilaso. Sin descartar el contenido biográfico de los textos, debe saberse que era propia de la poesía de la época una cierta “retórica de la sinceridad”, que pretendía que los sentimientos expresados en los versos transparentaran siempre alguna idea de verdad. Probablemente en la poesía de Garcilaso se combinan ambas cosas: sentimientos personales y retórica literaria.
En este sentido, puede advertirse, además, cierta evolución en la poesía de Garcilaso desde sus primeras composiciones, más próximas a la lírica cancioneril y sus tópicos amorosos, hasta sus poemas de madurez impregnados de la nueva sentimentalidad renacentista, más suave y melancólica.
b. La naturaleza
El otro gran tema de la poesía de Garcilaso es la presencia de la naturaleza, como entorno estilizado  en el que los personajes se quejan de sus cuitas amorosas y como confidente que escucha y consuela a los pastores en sus quejas.  El elogio de la naturaleza primitiva y rústica tiene su antecedente directo en la égloga clásica de Virgilio. La utopía pastoril tiene un innegable carácter idealista y en ella las relaciones humanas y económicas se atienen a los modelos que la inmutable naturaleza ha establecido.

4.3. ESTILO
 La labor poética de Garcilaso se inscribe  en un fenómeno más amplio: la creación de un nuevo tipo de poesía, la lírica española de los siglos XVI y XVII en la que se funde la poesía de cancionero con las influencias procedentes de Italia.
La nueva lengua poética se ajusta a los ideales renacentistas de naturalidad y elegancia. Su lenguaje es aparentemente sencillo, fluido y natural. Busca el equilibrio clásico entre la pasión y la contención. Este deseo de armonía se refleja en la frecuente simetría de sus estructuras poéticas: versos bimembres, elementos duplicados o triplicados, paralelismos sintácticos, etc.
El tono de su poesía es dulce, triste y melancólico, como revelan los adjetivos antepuestos, uno de los rasgos más característicos de su estilo: dulces prendas, dulce nido, triste canto, triste y solitario día, cansados años…
A este tono contribuye también la novedosa métrica garcilasiana, con predominio del endecasílabo, frecuentemente asociado al heptasílabo, lo que le proporciona una gran libertad expresiva. Es, asimismo, un verso muy musical por la acertada combinación de acentos y rimas, por sus aliteraciones, hipérbatos, etcétera.
Todo ello es fruto del contexto histórico y literario en que se movió Garcilaso y de los sistemas poéticos que conoció. El primer tercio del siglo XVI es una época de intensa innovación y apertura que Garcilaso vivió en España y en Italia.


5. FRAY LUIS DE LEÓN
5.1.      VIDA Y PERSONALIDAD
Nació hacia 1527 en Belmonte (Cuenca) en el seno de una familia de ascendencia judía, y vivió, pues, en el ambiente de sospecha, cautela y ocultación propias de la minoría conversa. Ingresó como fraile en el convento agustino de Salamanca, en cuya universidad estudió teología. Estudió después hebreo en la universidad de Alcalá. Fue catedrático en la Universidad de Salamanca desde 1561. Allí participó en las disputas teológicas entre agustinos y dominicos. Las intrigas acabaron por llevarlo en 1572 a las cárceles inquisitoriales de Valladolid, donde permaneció más de cuatro años y medio. Fue acusado de haber traducido al castellano el Cantar de los Cantares y de haberse pronunciado a favor del texto de la Biblia en hebreo, desautorizando la versión de la Vulgata. Salió absuelto, pero su larga permanencia en prisión ejerció una influencia decisiva sobre su obra. Continuó entonces con sus tareas universitarias y se vio envuelto en nuevas acusaciones. Acabó siendo vicario general de Castilla y provincial de la orden agustina, poco antes de morir en 1591.
De carácter difícil y apasionado, su vida fue turbulenta, lo que explica su deseo íntimo y profundo de apartamiento, recogimiento y serenidad. De ahí su anhelo de paz y de tranquilidad. Palabras insistentemente reiteradas en sus escritos son armonía, concierto, concordia, música apaciguada… El trasfondo filosófico de su pensamiento es una conjunción de platonismo y cristianismo. Las ideas humanas no son más que copias imperfectas de las de Dios y el hombre debe aspirar al conocimiento divino por medio del amor.

5.2.      OBRA
5.2.1.   Obra en prosa
Aparte de algunos comentarios en latín, fray Luis escribió cuatro importantes obras en castellano. Sus traducciones y comentarios Cantar de los Cantares y Exposición del Libro de Job permanecieron inéditos hasta el siglo XVIII.
Sus obras originales en prosa son De los nombres de Cristo y La perfecta casada.
De los nombres de Cristo es un diálogo entre tres personajes que conversan sobre los distintos nombres que da la Biblia a Cristo. Es un tratado teológico escrito en lengua vulgar para su mayor difusión entre los lectores. El texto revela el interés de fray Luis por el lenguaje. Éste representa para él un fenómeno teológico, sus metáforas pueden ser el medio para ascender hacia la verdad divina.
La perfecta casada es un tratado en el que expone su concepto de la esposa ideal.

5.2.2.   Obra poética
Aunque el propio fray Luis preparó una edición de sus poesías, estas no fueron publicadas durante su vida, salvo algunas traducciones. Fue Quevedo quien en 1637 las editó por primera vez, si bien eran ya conocidas, pues circulaban manuscritas. Fray Luis dividió su obra en traducciones de clásicos (las Geórgicas y las Bucólicas de Virgilio y otros autores), traducciones bíblicas (Libro de Job, salmos y el Cantar de los Cantares) y obra original.
La obra poética original de fray Luis es bastante breve: menos de cuarenta poemas. Aparte de unos pocos sonetos juveniles dentro de la tradición petrarquista, la mayoría de sus poemas pertenece al género clásico de la oda .
Si bien no es segura la datación de los textos, los poemas de fray Luis suelen agruparse en tres periodos:
a)      Poemas escritos antes de la prisión (1572): Oda a la vida retirada, La profecía del Tajo. En este primer periodo nos encontramos con un fray Luis moralista dentro de la tradición clásica: deseo de soledad, desprecio de los placeres mundanos…
b)      Poemas escritos en prisión (1572-7): Noche serena, En la Ascensión y A la salida de la cárcel. Estos textos dan cabida a contenidos religiosos, así como a las quejas por la injusticia con él cometida.
c)      Poemas escritos tras salir de prisión (después de 1577): Odas a Francisco Salinas, a Felipe Ruiz o a Pedro Portocarrero. Estos poemas muestran el espíritu de un escritor más apaciguado, anhelo de armonía e infinitud, nostalgia del paraíso evocado, cierto misticismo intelectual.

5.3.      TEMAS
Con una existencia tan tempestuosa como la de fray Luis y con una sensibilidad tan exquisita como la suya, su poesía podría ser explicada como una catarsis  lírica que le permite olvidar sus desgracias y calmar sus tormentos interiores. De ahí los temas predilectos de sus poemas: la naturaleza, la añoranza del campo y de la vida de aldea, su predilección por la noche y por la música.
La mayor parte de los motivos de la poesía de fray Luis tienen su origen en la tradición clásica neoestoica  y neoplatónica: el Beatus ille, es decir, la búsqueda de una “descansada vida” y el alejamiento del “mundanal ruïdo”; la contemplación de la noche estrellada; la armonía universal sentida al escuchar las notas musicales; el dominio de las pasiones; la exaltación de la virtud, etcétera.
Estos temas clásicos deben ser entendidos desde la perspectiva cristiana. En fray Luis se aúnan admirablemente el deseo de armonía, paz y serenidad, sentimientos tan ajenos a los habituales en su vida cotidiana. Este anhelo de la vida sencilla lo conduce de modo natural, dentro de un concepto cristiano del mundo, a la añoranza del cielo como suprema liberación. Se suele hablar de la poesía de fray Luis como expresión de la nostalgia del desterrado en la tierra. De ahí su ansia de perfección, su anhelo de unión con la divinidad, un anhelo que lo acerca a la experiencia mística, aunque su poesía celebra un éxtasis intelectual en el que se intuye la armonía universal, pero del que se vuelve a caer en la tierra, vista como dolorosa prisión.

5.4.      ESTILO
La poesía de fray Luis es, lógicamente, deudora de las tradiciones literarias de las que parte: la Antigüedad grecolatina, los textos bíblicos y la poesía renacentista, especialmente la de Garcilaso.
La Antigüedad grecolatina le proporciona la mayor parte de sus temas. Los textos bíblicos aportan abundantes imágenes y motivos diversos. De Garcilaso y la poesía renacentista procede la estrofa favorita del poeta: la lira, cuya combinación de heptasílabos y endecasílabos le permite eficaces combinaciones rítmicas.
Su poesía es de una simplicidad sólo aparente. En ella entreteje muchos elementos tradicionales en un complejo molde de imágenes e ideas. El análisis de los versos revela la depuración de su composición. Su formación lingüística, su actividad como traductor, su pasión por el lenguaje se reflejan lógicamente en la trabajada construcción poética, siempre dentro de la norma renacentista de la elegancia y de la sencillez. Dicha elaboración concienzuda se comprueba en el uso de abundantes figuras retóricas: asíndeton, polisíndeton, hipérboles, hipérbatos, aliteraciones, encabalgamientos, metáforas, personificaciones, etc.
Rasgo peculiar de este autor es que sus poesías estén dirigidas a una segunda persona. Ello explica el carácter conversacional que suelen tener: abundantes enumeraciones, exclamaciones e interrogaciones retóricas, exhortaciones, etcétera.

6.         JUAN DE LA CRUZ
6.1.      VIDA Y PERSONALIDAD
Nació en Fontiveros (Ávila) en 1542 en un medio social muy humilde. Ingresó en la orden carmelita en 1563. Estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Salamanca, y allí debió de conocer a fray Luis de León. Su inclinación por la vida austera le hizo unirse a  la reforma de la orden carmelita cuando conoció a Teresa de Jesús en 1567. Participa activamente en la reforma del Carmelo, lo que le valió la prisión en Toledo en condiciones humillantes. Sorprendentemente, comienza entonces su labor poética. Escapa en 1578 de la prisión y se refugia en un convento de carmelitas descalzos. Alcanza importantes puestos en la orden y desarrolla  gran parte de su incesante actividad en diversos lugares de Andalucía. Al final de su vida sufre nuevos conflictos en la orden y muere en Úbeda en 1591.
Desde muy joven fray Luis se siente inclinado hacia el ascetismo de una vida libre de bienes materiales, en soledad y silencio. La interpretación de la pobreza como camino ascético explica su desapego de la teología escolástica oficial y del saber universitario pese a sus notorias condiciones intelectuales, y su preferencia por el conocimiento experimental de Dios, en consonancia con el espiritualismo  que se extendía por toda Europa.

6.2.      SU OBRA
La producción poética de Juan de la Cruz es muy breve y, sin embargo, alcanza con ella un lugar señero en la lírica universal. Compuso tres grandes poemas: Cántico espiritual, Noche oscura del alma y Llama de amor viva. Además escribió otra veintena de poemas, más breves, de desigual valor.
Escribió un comentario en prosa de cada una de sus obras en verso para explicar el sentido de los textos verso a verso y casi palabra a palabra.
1.         El Cántico espiritual fue probablemente compuesto hacia 1577 y reelaborado después de forma constante. El poema consta de cuarenta liras que siguen muy de cerca el Cantar de los Cantares bíblico. Es un diálogo entre la Amada y el Amado, al que aquella ha buscado por valles y montañas hasta encontrarlo.
2.         La Noche oscura (1584) consta de ocho liras en las que la Amada, tras salir disfrazada de su casa por la noche, se une plenamente al Amado.
3.         La Llama de amor viva (1584) expone en cuatro estrofas aliradas de seis versos no ya la búsqueda de y unión con el Amado, sino las sensaciones amorosas que expresa la Amada en la unión misma.
4.         Los poemas menores romances, canciones, glosas desarrollan motivos muy similares. Su valor es inferior al de los tres grandes poemas, aunque hay algunos de notable calidad como “Un pastorcico solo está penado…” o “Tras de un amoroso lance…”

6.3.      TEMAS
La mayor parte de los motivos de la poesía de san Juan tiene su origen en una extensa tradición doctrinal y literaria.
La filosofía neoplatónica y la literatura religiosa y mística de la Edad Media y el Renacimiento lo surten de abundantes temas: el amor que saca de sí al enamorado y lo transporta a la unión inefable , la luz como representación de la divinidad, la imagen del centro inmóvil, etc. La poesía bíblica del Cantar de los Cantares y la poesía tradicional le proporcionan otros motivos como, por ejemplo, el bien conocido de la caza de amor.
Juan de la Cruz reformula todos estos motivos, alterándolos a su conveniencia en una prodigiosa labor de creación poética. Y es que si, en sentido estricto, y sin salir de los textos poéticos mismos, estos pueden entenderse perfectamente como poemas amorosos dentro de su contexto poético, pero tal como su autor intentó explicar en sus comentarios, estos textos van más allá del obvio contenido erótico e intenta expresar un contenido espiritual trascendente. Intenta comunicar la inefable unión mística y para ello el único término de comparación es el del amor humano. En realidad, esta es una idea habitual desde muy antiguo, y aparece en el Cantar de los Cantares, en el neoplatonismo y a lo largo de la Edad Media.
La obra de san Juan fue vista con suspicacia desde el principio y de diversos modos se la intentaba integrar dentro de los límites de la teología positiva escolástica. Frente  a la teología positiva escolástica, Juan de la Cruz se muestra influido por la tradición de la teología negativa, que concibe la fe como tiniebla, como oscuridad que genera luz. Ello nos da la clave del símbolo de la “noche oscura”, central en su poesía: símbolo de una fe en la que no se puede decir nada de Dios, una “fe” como itinerario a través de la “experiencia”, hacia lo incognoscible. En la tradición de la teología negativa el modo de conocimiento no es racional, sino intuitivo.
La pérdida de lucidez y conciencia por parte de la amada en su búsqueda del Amado y la ausencia de proceso racional de conocimiento es evidente en el Cántico espiritual y en la Noche oscura del alma, pero en la Llama de amor vida y en algunos otros poemas la aniquilación de la voluntad y el abandono de la razón es más claro, reflejándose en ellos el momento de absoluta irracionalidad en el que se conoce intuitivamente.
Esta capacidad poética y este grado de profundidad y espiritualización del reformador carmelita son verdaderamente significativos en una época, la de Felipe II, en la que la riqueza y diversidad intelectual y espiritual de las décadas anteriores está siendo sustituida por la ideología totalizante de la Contrarreforma.

6.4.      ESTILO
La poesía de san Juan sigue la métrica de la poesía de su tiempo: la lira garcilasiana para sus grandes poemas, los romances y canciones tradicionales en la mayoría de sus poemas menores. Desemboca en sus textos toda una historia de la poesía lírica en Occidente, desde la poesía trovadoresca hasta la literatura del amor cortés. Esta codificación pasa a través de sucesivas reelaboraciones en el petrarquismo como búsqueda de una definición laica del yo amante y acaba en Garcilaso, con la fundación del yo lírico absoluto moderno, momento crucial de la creación de una nueva lengua poética en Garcilaso, con la fundación del yo lírico absoluto moderno. Desde aquí partiría la recreación poética de san Juan, reformulando ese yo lírico en la figura y la voz de una mujer que busca y encuentra a su amado.
Tres son los influjos principales de la poesía de san Juan:
a)      La tradición de la poesía culta italianizante: desde la utilización del endecasílabo o de la lira al ambiente o uso de determinadas imágenes. Esta influencia procede concretamente de dos autores: Garcilaso y su versificador a lo divino  Sebastián de Córdoba.
b)      La tradición castellana de la poesía popular y de los cancioneros: de ella toma temas, vocabulario, formas, motivos y estribillos.
c)      La tradición de la poesía bíblica del Cantar de los Cantares.
San Juan se sirve de estas tradiciones para componer una poesía simbolista casi ya en sentido moderno.

 Estilísticamente, son, en fin, características de la poesía de san Juan el predominio del sustantivo y la escasez del verbo y del adjetivo. Este último se utiliza en sorprendente contraste con el uso que hace Garcilaso: san Juan, que emplea pocos adjetivos, suele acumularlos detrás del sustantivo. En cuanto al léxico, su poesía es deudora de sus fuentes y en ella conviven los vocablos de origen popular, los de origen bíblico y los de raíz latinizante.

7.         LA NARRATIVA RENACENTISTA
Dentro de la prosa del siglo XVI conviene diferenciar entre la prosa didáctica y la prosa de ficción.
     1. PROSA DIDÁCTICA: Dentro de la prosa didáctica sobresalen los “diálogos”: en ellos dos o más interlocutores abordan cualquier asunto presentando sobre él diferentes perspectivas. Habitualmente, en los diálogos se vierten críticas sobre costumbres y maneras de pensar de la época.
     Entre los numerosos diálogos de la época conviene destacar los de los hermanos Valdés: Juan de Valdés (Diálogo de la lengua) y Alfonso de Valdés (Diálogo de Mercurio y Carón).

     2. PROSA NARRATIVA: aunque todavía no puede hablarse de “novela” en el sentido moderno del término, sí que proliferan en esta centuria numerosas narraciones. Siguen publicándose relatos de caballerías y sentimentales. Pero aparecen nuevos géneros narrativos como:

                                      i.      NOVELA PASTORIL: está íntimamente vinculada al género lírico de la égloga (Garcilaso de la Vega). Los protagonistas son pastores idealizados (se comportan y hablan como cortesanos) que destacan por su castidad y que se ven inmersos en un viaje en el que viven sus aventuras. En estas narraciones se recurre al “locus amoemus”, puesto que la acción transcurre en una naturaleza perfecta.  En el plano discursivo, son los personajes los que mediante su discurso y sus acciones se caracterizan a sí mismos (restando importancia a la figura del narrador). Por último, es habitual el comienzo in media res y la intercalación de historias que interrumpen el relato principal, pero que le otorgan variedad al argumento. Los textos más representativos dentro de este género son: Los siete libros de la Diana (Jorge de Montemayor) y Diana enamorada (Gaspar Gil Polo). Posteriormente, Cervantes escribirá una novela pastoril: La Galatea. Y lo mismo hará Lope de Vega en el Barroco con La Arcadia.

                                    ii.      NOVELA BIZANTINA: relata las aventuras de dos enamorados que deben superar numerosos obstáculos (tormentas, piratas, cautiverios, etc.) hasta unirse felizmente. La novela se estructura en torno al viaje de los protagonistas. Al igual que en la novela pastoril, destaca el comienzo in media res y la interpolación de historias complementarias. Los ejemplos más destacados son: Los amores de Clareo y Florisea (Alonso Núñez de Reinoso). Más tarde, Cervantes publicará una novela bizantina: Los trabajos de Persiles y Segismunda. También lo hará Lope de Vega con El peregrino en su patria.


                                  iii.      NOVELA MORISCA: narra las aventuras ocurridas en tierras de frontera entre moros y cristianos. Al igual que las novelas anteriores, destaca por la idealización de los personajes: se idealiza la figura del moro y sus costumbres, dándole un toque exótico. Además, llama la atención que en un momento en el que la convivencia con el mundo musulmán atravesaba graves complicaciones, se publiquen novelas en las que se ofrece un ambiente de cordialidad y pacifismo entre ambas culturas. La novela morisca por excelencia es Historia del Abencerraje y de la hermosa Jarifa (anónima), publicada primero de  forma independiente, y después dentro de la obra de J. de Montemayor La Diana.

                                  iv.      NOVELA PICARECA: EL LAZARILLO DE TORMES (1554)
-    EDICIONES Y AUTORÍA: Esta obra apareció por primera vez en 1554 en tres ediciones diferentes, aunque casi con seguridad la edición original es de unos años antes. Tuvo un notable éxito, pero muy pronto, en 1559, fue prohibida. En 1573 se permite de nuevo su impresión, aunque con censura. Tenemos que esperar a 1874 para que vuelva a publicarse el texto completo original, tal y como hoy lo conocemos. Con respecto a su autoría, se publicó anónimo y posteriormente ha sido atribuido a diferentes autores. Debido a las ideas vertidas en el texto, se consideran diferentes opciones: el escritor pudo haber sido un franciscano, un judío converso, un noble descontento con la sociedad de su época… La opción más defendida en la actualidad, es que la obra pertenece a Alfonso de Valdés, pero no existen pruebas concluyentes que lo determinen.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA NOVELA PICARESCA
1. El protagonista es un pícaro, categoría social proveniente de los bajos fondos sociales que representa el polo opuesto del héroe de las novelas de caballerías. Se trata de un personaje inmoral, inculto, de bajo estatus social, y nada agraciado físicamente, que no duda en aceptar inmoralidades con tal de medrar socialmente. Su forma de conducta es el engaño de los demás para poder sobrevivir.
2. Evolución del personaje: personaje plano / personaje redondo. A diferencia de los personajes de la novela de caballerías o de la novela pastoril, el pícaro evoluciona a lo largo de la novela (cambia de estatus social, cambia su carácter, etc.). Es, por lo tanto, un personaje redondo, a diferencia del héroe de las novelas de caballerías que es un personaje plano (no sufre grandes cambios en su personalidad a lo largo de la obra).
3. Carácter autobiográfico: el protagonista narra sus propias aventuras, empezando por su origen humilde y desgraciado (Lázaro era hijo de un molinero que había sido encarcelado acusado de robo). El protagonista se sitúa en el presente (supuestamente ha mejorado su calidad de vida) y recuerda los tristes avatares que ha tenido que pasar hasta lograr su nuevo estado. Por lo tanto, las historias picarescas pretenden explicar un estado final de deshonor a partir de las circunstancias penosas por las que ha tenido que pasar el protagonista.
4. Realismo: los personajes se muestran en toda su miseria vital. Se critica la sociedad y sus costumbres.
5. Carácter moralizante y satírico: la conducta inmoral del pícaro pretende ser un ejemplo que no debe seguirse nunca. Por otra parte, es evidente el carácter satírico y burlesco de este tipo de novela. El protagonista deambula por las diferentes capas sociales a cuyo servicio se pondrá como criado para conocerlas y criticarlas. Resalta sobre todo la codicia y la avaricia de una sociedad que no tiene piedad de los más necesitados.
El Lazarillo de Tormes (Anónimo)
En el año 1554 aparecen en Alcalá, Burgos y Amberes las tres ediciones que se conservan del Lazarillo.
El punto de partida del relato es la explicación del “caso” que Lázaro le hace a un tal “vuestra merced” en forma de carta, de tal manera que la novela adquiere la forma de una epístola de carácter autobiográfico . A continuación,  Lázaro (de origen muy humilde: era hijo de la viuda de un molinero) realiza un repaso de su vida. Cada uno de los episodios tiene que ver con uno de los amos por los que pasó Lázaro: un ciego que le adiestra en las maldades de la vida; un sacerdote avaricioso que no le da de comer; un buldero mentiroso y un hidalgo hipócrita que, a pesar de pasar hambre, aparenta vivir en la grandeza.
Lázaro cuenta su vida como una evolución positiva. Tras haber aprendido de las calamidades, en la actualidad es pregonero de los vinos de Toledo y está casado con la criada del arcipreste de San Salvador. El “caso” que debe explicar  (y al que se refiere en el último tratado) son los rumores de infidelidad de su esposa. Lázaro prefiere defender su bienestar antes que su honradez. Desde su perspectiva, su vida ha llegado a “un buen puerto”. La lectura que se hace de la obra, sin embargo, es todo lo contrario, ya que su finalidad última es criticar a aquellos que anteponen su bienestar a su honra.
Por lo que se refiere al estilo, el libro está escrito en un “stylus humillis”. A ello alude el autor cuando en el prólogo se disculpa por su “grosero estilo”. Con el fin de infundir realismo a la historia que se relata, el autor opta por un estilo vulgar para el protagonista y el ambiente en el que se desenvuelve.
Con respecto al realismo, tenemos que señalar que esta novela cuenta los hechos como si fuesen realidad, con alusiones geográficas e históricas verosímiles. Por eso, el  Lazarillo puede considerarse el germen de la novela realista europea.
En este sentido, esta novela se aleja diametralmente del idealismo propio de los géneros pastoril, bizantino, caballeresco o morisco.

Crítica en el Lazarillo: la obra constituye una dura crítica contra la sociedad de su tiempo. Mientras que en otras novelas de la época triunfan valores como la honestidad, la castidad y el honor, en el Lazarillo predominan la crueldad, la avaricia, la ambición, el provecho propio, las apariencias, la astucia y el cinismo. Las críticas se dirigen hacia diferentes frentes:
-          Contra el clero, al que se define como avaricioso e insolidario.
-          Contra los hidalgos que quieren mantener su estatus social, a costa de pasar hambre =HIPOCRESÍA DE LAS CLASES ALTAS.
-          Contra la religiosidad externa e hipócrita: los bulderos, vendedores de bulas que permiten alimentarse con carne durante la Cuaresma a cambio de dinero.
-          Contra aquellos que anteponen su bienestar económico a su honra (el propio Lázaro).
8.         MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA.
La obra de Cervantes se desarrolla entre los siglos XVI y XVII, a caballo entre el Renacimiento y el Barroco, en pleno Siglo de Oro.
A) VIDA
Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares en 1547. En 1569 marchó a Italia, sonde sirvió coo paje del cardenal Acquaviva. En 1571 participó como sodado en la batalla de Lepanto, donde a causa de las heridas perdió el uso de la mano izquierda. Continuó como soldado algún tiempo, y al regresar a España desde Nápoles, fue apresado por los piratas turcos. Llevado cautivo a Argel, permaneció allí cinco años en prisión. Tras varios intentos frustrados de fuga, los frailes Trinitarios pagaron su rescate y pudo regresar a España. A partir de entonces comenzaron sus años más oscuros. En 1584 se casó con Catalina Salazar y publicó La Galatea. Probó también fortuna en el teatro y vio representar algunas de sus obras, pero sin demasiado éxito. Ejerció el oficio de recaudador de provisiones para la Armada Invencible y, más tarde, hizo de recaudador de impuestos. En ambos cargos tuvo problemas con la justicia y por dos veces fue llevado a la cárcel de Sevilla (precisamente en la cárcel empezó a concebir el Quijote). Se instaló luego en Valladolid. En 1605 se publicó la primera parte del Quijote, que obtuvo un éxito extraordinario. En 1608 se trasladó a Madrid, donde, entre grandes apuros económicos, continuó escribiendo (Novelas Ejemplares, segunda parte del Quijote...). Murió el 23 de Abril de 1616, pocos días después de haber escrito el prólogo de su última novela, Los trabajos de Persiles y Segismunda.
B) OBRA POÉTICA
Aunque puso gran empeño en ser poeta -“la gracia que no quiso darme el cielo”, según sus propias palabras-, su obra lírica no es demasiado conocida. El Viaje al Parnaso (1614), extenso poema en tercetos en el que pasa revista a los poetas españoles de su tiempo, es su obra más famosa. Otras composiciones poéticas aparecen intercaladas en sus novelas y obras de teatro, especialmente en La Galatea y La gitanilla. Destacan entre ellas el soneto con estrambote Al túmulo de Felipe II y la Epístola a Mateo Vázquez, escrita en tercetos.
C) OBRA TEATRAL
Tampoco tuvo demasiado éxito como autor de teatro, que era el género que más posibilidades económicas ofrecía en aquella época. Sus dos primeras obras, en verso, responden a la moda del teatro clasicista (verosimilitud, ley de las tres unidades) : Los tratos de Argel, sobre sus años de cautiverio en esa ciudad, y El cerco de Numancia, sobre el asedio y la resistencia heroica de los numantinos frente a los romanos. En 1615 publicó un volumen titulado ocho comedias y ocho entremeses nunca representados. Entre las comedias, escritas ya según la fórmula de Lope de Vega, destacan Los baños de Argel, Pedro de Urdemalas y El rufián dichoso.
Los entremeses son piezas breves de carácter humorístico, acción sencilla y personajes populares, que se representaban en los entreactos de las comedias. Los más famosos son El retablo de las maravillas, La guarda cuidadosa y La cueva de Salamanca.
D) LAS NOVELAS DE CERVANTES
-          La Galatea (1585), novela pastoril al estilo de La Diana de Jorge de Montemayor : los personajes son pastores idealizados, el tema es amoroso y la acción transcurre en una naturaleza idílica (“locus amoenus”).
-          Las Novelas Ejemplares (1613), conjunto de doce novelas cortas, así llamadas porque en todas ellas, según Cervantes, podía encontrarse algún ejemplo moralmente provechoso. Éstos son los títulos : La gitanilla, El amante liberal, Rinconete y Cortadillo, La española inglesa, El licenciado Vidriera, La fuerza de la sangre, El celoso extremeño, La ilustre fregona, Las dos doncellas, La señora Cornelia, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros.
-          Los trabajos de Persiles y Segismunda, publicada después de su muerte, en 1617. De acuerdo con el esquema de la novela bizantina, cuenta las aventuras de dos enamorados que, tras un largo y accidentado viaje por varios países, llegan a Roma, donde se casan (los trabajos q que se refiere el título son los naufragios, peligros, secuestros, etc., por los que pasan los protagonistas).


E) EL QUIJOTE
ANTECEDENTES Y GÉNESIS
LOS MODELOS VIVOS
Cervantes juega en toda la obra con la dualidad historia y ficción, empezando por el nombre del héroe que lleva como apellido Quijada, o Quesada, o Quejana, para luego llamarse Quijano. Cervantes se burlaba ya de la pretendida historicidad buscada por medio de los modelos vivos. Según la crítica la procedencia de este apellido puede buscarse en unos primos hermanos llamados Alonso y Gabriel Quijana Salazar, ricos e hidalgos de finales del siglo XVI. Y, en efecto, éstos tuvieron tratos en ciertos negocios, gananciosos para ellos , con la familia de la mujer de Cervantes.
LA LOCURA Y LOS FALSOS CRONICONES.
La locura, por tres caminos muy diferentes, se había puesto de moda en la Europa renacentista. Por un lado, la ciencia , la medicina, lo que hoy podríamos llamar psicología, se preocupaba del problema del carácter de los hombres y de la locura. En un tercer lugar, en la Italia renacentista, el tema de Orlando furioso, o loco, había culminado en un maravilloso poema épico de Ariosto que Cervantes conocía muy bien. Orlando estaba loco de amor, como Don Quijote. Y éste le imita en algunas de sus acciones, entremetiéndolo en sus recuerdos con otros grandes enamorados, como Amadís.
EL HISTORIADOR ARÁBIGO.
Con respecto al perspectivismo que crea la invención de un autor arábigo, Cide Hamete Benengeli, Cervantes empieza su obra en un momento en que aparece la moda de los falsos cronicones. Eran historias falsificadas, en las que se fingía que se traducía de un autor arábigo, con el fin de exaltar a una familia o grupo y en general a la nación española. En el Quijote se bromea continuamente con la ficción o la historia muy verdadera que ha escrito un moro que es llamado sospechoso de embustero en muchas ocasiones.
LOS LIBROS DE CABALLERÍAS
Por supuesto que siendo el Quijote una parodia de los libros de caballerías, la influencia de ellos es remarcable en el Quijote. Éste, como muchos libros de caballerías, es un viaje de aventuras y parodia los ingredientes fundamentales del género : el valor desmesurado, el amor caballeresco, el escudero, el ambiente palaciego, etc.
EL ENTREMÉS DE LOS ROMANCES
Como la crítica ha señalado, las relaciones entre este entremés anónimo y el Quijote son evidentes, siempre que nos mantengamos sólo dentro de los límites de los primeros capítulos. El entremés de los romances nos cuenta cómo Bartolo, labrador, por leer muchos romances se vuelve loco y se va de su casa a buscar aventuras y guerras, volviendo golpeado. Es evidente que los primeros capítulos del Quijote salen de aquí : Don Quijote es un hidalgo con tierras, que se vuelve loco por leer libros de caballerías y decide irse de casa en busca de aventuras, según el molde de los libros caballerescos, para regresar, molido a palos, traído por un convecino.
ESTRUCTURA DEL QUIJOTE DE 1605
La estructura fundamental del Quijote se mantiene en tres partes, tres viajes (dos, en la primera parte, y uno, en la segunda). Los tres tienen una estructura semejante : un loco hidalgo que se escapa de casa a correr aventuras, el desarrollo de esas aventuras y la traída a su casa forzado por gente de su aldea. La primera vez derrotado físicamente ; la segunda, derrotado por medio de encantamientos, maquinados por el cura y el barbero ; la tercera vez, derrotado física y moralmente.
Vamos a trabajar, por tanto, en la estructura de cada una de las tres salidas. En la primera, breve -la probable novelita- nos encontramos con cuatro partes bien diferenciadas :
1)                    Planteamiento : la condición del cuerdo y su transformación en loco.
2)                    Su búsqueda de aventuras escapándose de casa.
3)                    Su vida de caballero y primera “justicia” en el episodio de Andrés y Juan Haldudo.
4)                    Fulminante derrota con los mercaderes, apaleamiento y regreso a su casa físicamente derrotado.
Se alarga esta aventura en el capítulo 6, el escrutinio, que es como la moraleja de la novelita en cuanto a los libros de caballerías se refiere.
Vamos ahora a trazar la estructura de toda la primera parte, incluida la novelita. Nos encontramos ahora también cuatro partes :
1)                    Plantemiento y presentación : es precisamente la novelita que sirve de aviso y planteamiento de todo lo que va a ser la novela larga.
2)                    Segunda salida y escapatoria que llamaremos Primer período activista congesto excesivo de acción y aventuras típicas y mecánicas. Este apartado va del capítulo 7 al 22, es decir, desde la segunda salida hasta la aventura de los galeotes, inclusive. Se caracteriza esta etapa por una serie de aventuras de estructura semejante : Don Quinote ve una cosa y la confunde con una “realidad” sacada de los libros de caballerías. Esto produce una especie de mecánica en estas aventuras que son específicamente física. Esta situación, insostenible mucho tiempo, por monótona, hace a Cervantes dar un quiebro, hacia aventuras más trascendentes, tal como ocurre precisamente en la complicada aventura de los galeotes, que además, por su gravedad, hace esconderse en Sierra Morena a los héroes y dejar el típico viaje por una cierta quietud.
3)                    Primer períod cortesano, literario y novelesco. Ocupa los capítulos 23-46. En ellos, en efecto, nos encontramos una serie de novedades que hemos marcado con tres adjetivos : CORTESANO, porque ahora la novela aglutina una larga serie de personajes y muchos de ellos ilustres (Fernando, Dorotea, Cardenio, Luscinda...) muy lejanos al medio rural. LITERARIO Y NOVELESCO la novela se torna literaria con un entrecruzamiento de historias secundarias, novelas cortas (la del cautivo y la de El  Curioso impertinente).
4)                    Segunda vuelta a casa que se desarrolla en los capítulos 47 a 52, en que termina la primera parte, Don Quijote “encantado” por medio de los engaños del cura y el barbero, es llevado en una jaula hasta su casa y cama. Lo más importante de estos capítulos es la teorización sobre libros de caballerías y comedias que se produce en una serie de diálogos fundamentales para conocer la teoría literaria de Cervantes.
DON QUIJOTE Y SU MUNDO
Se suele pensar en la historia de don Quijote como en la novela de un loco. Y no es así : es la novela de un hidalgo cuerdo que se vuelve loco (locura lúcida) una temporada, no larga de su vida.
Lo primero que llama nuestra atención es la edad del hidalgo. Frisaba en los cincuenta, es decir, tenía la misma edad que el propio Cervantes. En sus años de existencia, nuestro personaje no se ha movido de un lugarón manchego, no ha tenido familia -la presencia de esa sobrina aumenta su sentido de soledad- , no tiene preocupaciones graves en lo económico. No ha hecho nada en cincuenta años, sino hablar con el cura y el barbero y cazar, de vez en vez, con galgos.
No es, pues, extraño que llegue a su primera vejez con la sensación de un tremendo vacío. Entonces, nada raro es que don Quijote su refugie en la lectura, intentando huir de la pesada y monótona realidad. Y se refugia en unos libros que estaban de moda en el siglo XVI y que le sirven para alienarse creándose una vida ficticia. En efecto, los caballeros andantes viajan, tienen permiso para amar y permiso para hacer la justicia por su cuenta. Don Quijote halla en estos libros lo que a su vida le había faltado : amor, viaje y aventura. Y así, ya loco, vive la existencia de otros, la existencia irreal de unos héroes de novela.
Nuestro personaje pasa por varias etapas. Primero, en la novelita, es un muñeco, un héroe de farsa o guiñol ; pero luego al empezar a ser héroe de novela larga, va cambiando. Crea una personalidad más humanizada, más flexible, más de persona. Nuestro personaje es hoy un mito. Gente que no ha leído la novela, usa de su simbolismo en la vida diaria. Se ha dicho que es un idealista, un libertador de galeotes. Llaman la atención su curiosidad por lo humano y lo divino, su valor, su esfuerzo, no adormecido en medio siglo de burguesa existencia, su sentido de la justicia.
En cuanto a Dulcinea, hay varias Dulcineas, por la sencilla razón de que /si tal vez existió cuando don Quijote la vio de joven) en la novela no existe. Y por eso Sancho crea una, y don Quijote varias. Pero por encima de todo está el ideal del caballero hacia la dama, que es platónico e intemporal.
Sancho tiene también su evolución. Primero es un personaje técnico que sirve para dialogar con don Quijote y darle la réplica de su visión del mundo. De ahí surge la dialéctica idealismo-realismo. Al principio de la segunda parte se conoce por primera vez la intimidad de su casa, y entonces comprendemos que es ya una persona y no un personaje en la mente de Cervantes. Así, al lado de sus dudas y contradicciones en torno a la figura de su amo y la realidad de su promesa de ínsula, Sancho vive una transformación que lo acerca cada vez más a su señor y amigo, don Quijote.

Pero la novela es, por otro lado, un auténtico muestreo de los hombres y mujeres del Barroco español, santos y galeotes, intelectuales y analfabetos, buenos y malos. Y el punto de vista pasa siempre por la mente de don Quijote, que al ser loco puede presentarlos de forma evidente, como los borrachos o los niños, siempre dice la verdad. La novela camino, espejo, etc., de la vida, de la sociedad. Toda la sociedad barroca española bajo el prisma crítico de un loco ingenioso.

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