6 de febrero de 2017

TÓPICOS LITERARIOS. EDAD MEDIA

 TÓPICOS LITERARIOS  EDAD MEDIA  


Ubi sunt? o "¿dónde están?", "¿qué se hicieron?". Lamenta la desaparición de las grandes glorias pasadas a través de la ruina de sus monumentos o el olvido de sus grandes hombres y hazañas. Se relaciona con otro tópico literario, el  Contemptus mundi o menosprecio del mundo.  

Psicomaquia o "batalla del alma". Se refiere al combate de las virtudes contra los vicios, ambos personificados y tratados como personajes (la batalla entre don Carnal y Doña Cuaresma, en el Libro del Buen Amor).  

Homo viator u "hombre caminante", el peregrino: la vida es un viaje que nos va cambiando y purificando transformándonos en personas más sabias y maduras conforme atravesamos por diversas experiencias y desengaños. 
 
La muerte igualadora. En la Edad Media, sobre todo en las danzas de la muerte, se veía a ésta como la gran niveladora de las diferencias sociales, insalvables en vida insalvables.  

Magister dixit, "el maestro ha dicho" o argumento de autoridad. En la Edad Media las opiniones escritas se respetan no por su verdad, sino por el prestigio de quien lo ha afirmado; no existe sentido crítico (éste aparecerá en el Renacimiento cuando la imprenta multiplique el número de los libros y, por tanto, de contradicciones y de opiniones divergentes).  

Vanitas vanitatum o "vanidad de vanidades, y todo es vanidad". Nada merece la pena o el esfuerzo por conseguirlo, porque no es posible alcanzar satisfacción, todo se reduce a polvo. Se intenta ser más de lo que se puede ser, y eso es hincharse de dolor y angustia, y tanto más cuanto más se desea. Y si uno consigue su deseo, va a desear más, porque nuestro insaciable orgullo nunca se satisface.  

 Fortuna imperatrix mundi (la Fortuna es la emperadora del mundo). La Fortuna todo lo trastoca: eleva al malvado y arroja a la miseria al virtuoso (recuérdese La Celestina).  

Captatio benevolentiae o captura de la bienquerencia: el autor empieza modestamente fingiendo inseguridad o simulando torpeza y escaso saber para ganarse la benevolencia del lector. Es propia de los prólogos y comienzos de obras.

Fuente: El comentario de textos poéticos

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