3 de febrero de 2015

MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA

MIGUEL DE  CERVANTES SAAVEDRA

1.      INTRODUCCIÓN
Miguel de Cervantes Saavedra tuvo una vida intensa, de la que sabemos poco con certidumbre. Sabemos que nació en Alcalá de Henares (Madrid), en  1547. Pasó su adolescencia en varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla) y con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva. Más tarde se enroló en la Armada española y en 1571 intervino en la batalla de Lepanto, donde resultó herido y perdió el movimiento del brazo izquierdo. Desde entonces se le conoce por el sobrenombre de “el Manco de Lepanto”. Sufrió cinco años de cautiverio (1575-1580) cuando fue secuestrado por los corsarios, precisamente cuando volvía de la batalla.
A  su regreso a Madrid, tras su liberación, encontró a su familia en la ruina.. Arruinada también su carrera militar, se dedica a las letras y publica La Galatea (1585) y escribe alguna obra de teatro. Por sus problemas económicos trabaja en Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible, y ello le vale ser acusado de irregularidades en sus cuentas. Después se traslada a Valladolid. En 1605 publica la primera parte del Quijote. En 1606 regresa con la Corte a Madrid. Vive con apuros económicos y se entrega a la creación literaria. Sus últimas obras son las más conocidas del autor: Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho comedias y ocho entremeses (1615) y la segunda parte del Quijote (1615). Póstumamente publicó Los trabajos de Persiles y Segismunda. Nunca pudo superar sus problemas económicos. Murió en Madrid el 22 de abril de 1616 y fue enterrado al día siguiente.
2.      CERVANTES COMO SÍNTESIS DE LAS NUEVAS FORMAS RENACENTISTAS
La formación literaria de Cervantes se desarrolla en la segunda mitad del siglo XVI, época en la cual conviven varias tendencias narrativas, todas con notable éxito entre los lectores. Es obligado recordar al menos las siguientes:
-          Los libros de caballerías.
-          La novela pastoril
-          La novela morisca.
-          La novela bizantina.
-          La novela sentimental.
-          La novela picaresca.
Las novelas de Cervantes aparecerán en este panorama de múltiples tendencias narrativas, al que aún habría que añadir la difusión popular de la novela corta de tipo italiano y las colecciones y de anécdotas.
Cervantes fue n buen conocedor de los géneros narrativos de su tiempo, de los españoles y de los italianos, especialmente. También llegó a conocer las teorías narrativas más avanzadas de su época. Por eso supo aprovechar en la trama de sus novelas las mejores aportaciones de quienes le habían precedido. Y lo hizo de manera que pueden identificarse con facilidad:
-          Aportó a la novela pastoril La Galatea, cuya segunda parte prometió hasta su muerte. Lo pastoril reaparece en algunas Novelas ejemplares y es parte importante del Quijote (Las historias de Marcela y Grisóstomo, de Leandra, los pastores de la Arcadia fingida)
-          Los libros de caballerías están siempre en el fondo de las aventuras del Quijote.
-          Las narraciones moriscas afloran en la primera salida de don Quijote, y en el género histórico-morisco se sitúan la historia del capitán cautivo y las de Ricote, Ana Félix y Gaspar Gregorio, así como también El amante liberal y La española inglesa.
-          La novela corta italianizante de tipo psicológico asoma en El curioso impertinente y en la historia de Claudia Jerónima (ambas intercaladas en el Quijote) y también en El celoso extremeño.
-          La picaresca se manifiesta en la figura del galeote Ginés de Pasamonte (en el Quijote) y en Rinconete y Cortadillo, La ilustre fregona, el Coloquio de los perros y en la Gitanilla.
-          Muchos rasgos de la novela bizantina reaparecen en La española inglesa y en el Persiles.
-          Y algunos motivos de la novela sentimental se aprovechan en las historias de Cardenio-Luscinda y Dorotea-don Fernando (incluídas en el Quijote), que a su vez están relacionadas con la trama de Las dos doncellas.

En suma, Miguel de Cervantes Saavedra cultivó todos los géneros narrativos de su tiempo y en sus obras dio cabida a los principales problemas, usos y costumbres de su época.
3.      LA GALATEA Y EL SIGNIFICADO DE LO PASTORIL
En el contexto histórico-cultural en el que se desenvuelve la obra de Cervantes, es preciso afirmar que Felipe II manifestó su aprecio por la narrativa de género pastoril, debido a razones estéticas y culturales. Por ello, es preciso afirmar que la influencia del género pastoril en su obra sea patente. Fueron varios los autores que influyeron a Cervantes, tales como Jorge de Montemayor, Gil Polo, etc… Esta influencia se observa en la mezcla de la prosa y el verso, en el tema bucólico del amor, la naturaleza idealizada, etc… Sin embargo, la obra pastoril de Cervantes no debe verse como una simple imitación, sino como una referencia básica para construir su gran creación literaria.
El primer libro publicado por Cervantes apareció en 1585, con el título de Primera parte de la Galatea.
Como en otras novelas pastoriles, los personajes son pastores convencionales que cuentan sus penas amorosas y expresan sus sentimientos en una naturaleza idealizada.
La novela se compone de seis libros, en los cuales se desarrollan una historia principal y cuatro secundarias.
-          La principal refiere los amores de dos pastores idealizados: Elicio y Galatea, a la cual su padre quiere casar con el rico Erastro.
-          En medio de esta trama central, se intercalan otras cuatro historias secundarias que añaden otros tantos episodios amorosos protagonizados también por pastores.
Ya en su primera novela, Miguel de Cervantes aparece como un escritor renovado. Acepta las convenciones del género pastoril, sobre todo la idealización de los personajes y de la naturaleza. Pero a veces, rompe el patrón idílico en las relaciones entre los pastores y en la geografía del Tajo, que es convencional y real al mismo tiempo.
Lo más innovador es la integración de las cuatro historias secundarias que desde fuera de la acción principal acaban confluyendo en ella y dejando abierta la posibilidad de su continuación.
Esta segunda parte fue recordada a menudo por Cervantes. Llegó a prometerla aún tres días antes de morir en la dedicatoria del Persiles. Lo cual demuestra la gran estima que el autor tenía por la literatura pastoril.
4.      NOVELAS EJEMPLARES Y EL MODELO ITALIANO.
Después del reconocimiento obtenido en la primera parte del Quijote (1605), Cervantes publica en 1613 una colección de narraciones cortas que, seguramente, le hubieran otorgado por sí solas un puesto de relevancia en la historia de la novela española.
Poco se sabe acerca de las fechas de redacción de estas novelas. Lo más probable es que fueran escritas entre 1590 y 1612. 
También es casi seguro que inicialmente no fueron concebidas como partes integrantes de una misma obra.
Cervantes había escrito antes otras novelas cortas. Las primeras aparecen incluídas en La Galatea. En la primera parte del Quijote intercaló El curioso impertinente y el relato del capitán cautivo. Y dos novelas ejemplares aparecen ya en una compilación manuscrita fechada en 1604-1606 (Rinconete y Cortadillo y El celoso Extremeño)
a. El nombre de “novelas”.
En tiempos de Cervantes, la prosa narrativa gozaba aún de precaria estima en los ambientes cultos. Su escaso aprecio se debía a que no figuraba en las preceptivas clásicas y carecía por tanto del prestigio derivado de la autoridad de los tratadistas. La novela no existía como género literario. No había unas reglas que pudiesen seguirse o contra las que poder rebelarse. Por eso el mérito de Cervantes es doble:
-          Inventa el género y lo dignifica.
-          Escribe novelas e integra en ellas su personal teoría narrativa.
En la época de Cervantes las delimitaciones de la prosa narrativas eran confusas. No había diferenciación entre novela corta y cuento. La misma palabra “novela” tenía un significado distinto del que hoy tiene en castellano: “novela” era entonces un italianismo procedente de novella y designaba lo que hoy entendemos por novela corta.
Para designar la novela de larga extensión, otras lenguas europeas utilizaron la palabra equivalente a la castellana “romance”. Pero en castellano dicho termino tenía su significado especializado en la designación de los populares romances. Por eso se adaptó el vocablo novela para designar la narración larga y se adoptó la denominación de novela corta para el relato intermedio entre la novela y el cuento.
b. “Ejemplares”, ¿En qué sentido?
Mucho se ha dicho acerca de la ejemplaridad de estas narraciones. La diversidad de interpretaciones viene propiciada por su prólogo:
“Heles dado el nombre de ejemplares, y si bien lo mira, no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo provechoso”
-          Para Luis Rosales, estas obras cervantinas son, en primer lugar, ejemplares como novelas, y, en segundo lugar, ejemplares moralmente como sucesos.
-          Para Avalle-Arce, estas novelas son ejemplares porque son modelos dignos de ser imitados por otros escritores españoles que vengan después.
En sus novelas Cervantes persiguió el ideal clásico del deleitar aprovechando, entretener y enseñar al mismo tiempo. Se dio cuenta de que con sus narraciones estaba haciendo algo nuevo en España y, consciente de la originalidad e importancia del modelo estético crado por él, propugnó la ejemplaridad de la colección en todos los sentidos.
c. Cervantes como creador de la novela corta en España.
En el citado prólogo a las Novelas ejemplares, Cervantes proclama su novedad:
“Yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas, todas son traducidas de lenguas extranjeras, y estas son mías propias, no imitadas ni hurtadas; mi ingenio las engendró, y las parió mi pluma”
Tales afirmaciones son exactas, pues no había tradición de novela corta en la Literatura Española. Existía un amplio abanico de relatos próximos al cuento, de larga tradición medieval y con raíces en el folclore. Entre ellos sobresalen los del Conde Lucanor, de don Juan Manuel, y los del Patrañuelo, de Juan de Timoneda. Y también se habían difundido muchas novelas adaptadas y traducidas de escritores italianos, de Bocaccio y sus continuadores Mateo Bandello, Giraldi Cinthio y Masuccio Salernitano.
Las novelas de Cervantes aportan abundantes novedades. Las concibió a partir de las italianas. Construyó unas estructuras narrativas similares, pero inventó argumentos originales e introdujo modificaciones importantes. Con ello dignificó el género y lo salvó del menosprecio en que se hallaba.
Sus aportaciones enriquecieron y ampliaron los límites del relato y perfeccionaron las técnicas narrativas. Concedió más importancia al diálogo y lo empleó con más frecuencia; redujo la presencia de elementos fantásticos en pro de la atención a la vida real y a la verosimilitud literaria; libró al relato del tono subido de las narraciones italianas y del peso molesto de digresiones y citas; prestó mayor atención a la psicología de sus personajes y ambientes. En suma, españolizó el género, lo ennobleció y creó la novela corta en nuestra literatura.
d. Las novelas ejemplares.
Desde Joaquín Casalduero se considera a las Novelas ejemplares como una agrupación de doce maravillas, sabiamente ordenadas, desde La Gitanilla, que expone un ideal de vida y el concepto de la novela como acontecer maravilloso, hasta el diálogo canino en el Coloquio de los Perros, con su prodigiosa integración de teoría y prácticas narrativas.
Cervantes: a las doce recogidas en la colección, hemos de añadir algunas como El curioso impertinente o Cardenio, Luscinda y Dorotea  intercaladas en El Quijote.
o   También mencionar La tía fingida que más de un crítico le ha atribuido.

Podemos agruparlas de la siguiente manera:

o   De cautivos: El amante liberal
o   De amor y aventuras: La señorita Cornelia, Las dos doncellas, La española inglesa.     
o   Picareca: La gitanilla, Rinconete y Cortadillo        
o   Satírico y costumbrista: El licenciado Vidriera, El coloquio de los perros.          
o   Toledanas y realistas: La ilustre fregona, La fuerza de la sangre
o   Psicológicas: El celoso  extremeño.

Cervantes fue capaz de nacionalizar una forma italiana, acercándola a la tradición española del realismo y creando una rica galería de personajes y situaciones. Se da una lengua propia para cada creación, hay tantos estilos como novelas forman la colección.

La colección se abre con La gitanilla, fantasía poética creada sobre tres pilares:
-          La cautivadora figura de Preciosa, muchacha noble criada entre gitanos.
-          La relación entre la gitanilla y un joven capaz de renunciar a su alcurnia por amor
-          Y la idealizada libertad de la vida nómada de los gitanos.
En contraste con tan embellecido marco, sigue El amante liberal, con la falta de libertad en el cautiverio entre los turcos. En esta novela bizantina de amor y aventuras se desarrollan las adversidades que Ricardo y Leonisa han de superar antes del matrimonio. Y se amplía el espacio geográfico, pues de los lugares españoles de La gitanilla pasamos a escenarios del Mediterráneo oriental a finales del siglo XVI.

Después del idealismo, amor, esfuerzo moral y aventuras de las dos primeras novelas caemos en los bajos fondos del hampa sevillana en Rinconete y Cortadillo.  Esta en su crítica social coincide con El Licenciado Vidriera y en su mundo marginal recuerda los asuntos de la picaresca. Rinconete y Cortadillo es una denuncia de la degradación moral de la España del siglo XVI.

El contraste entre Rinconete y Cortadillo y las dos primeras novelas se prolonga también hacia la cuarta, La española inglesa, en cuya historia aparecen algunos temas de El amante liberal y se adelantan otros de la última novela de Cervantes, el Persiles; ideales religiosos, aventuras marítimas, peregrinaciones a Roma y recompensa del amor con el matrimonio. Sobre un fondo de batallas navales y guerras de religión entre España e Inglaterra, La española inglesa desarrolla las pruebas que han de superar Ricaredo e Isabela antes de su unión matrimonial.

Tras tantas aventuras y dichas amorosas, vuelve la crítica de la sociedad con la narración de un intelectual trastornado por un hechizo amoroso en El licenciado vidriera. Su protagonista cree que es de vidrio y hace gala de su extraña lucidez e inaudito humor actuando como loco que dice grandes verdades convencionalmente prohibidas a una mente sana.

Los juegos mentales de Vidriera dejan paso a la violencia sexual y la reconciliación en La fuerza de la sangre. Aquí se cuenta la violación de Leocadia por un disoluto mancebo de la nobleza toledana y el posterior compromiso matrimonial favorecido por la fuerza de la sangre y un crucifijo que la joven había guardado como testigo secreto.

Curiosamente, el ingenio y el impulso de los instintos son las fuerzas que derribaqn los muros levantados contra natura por el viejo Carrizales en El celoso extremeño. Ahora se aborda el popular motivo del viejo y la niña en la casa-prisión en la que el indiano Carrizales encierra a su joven esposa hasta que todo se derrumba ante los encantos de un pícaro agolfado.

Por el contrario, la más celebrada libertad en nada merma el recato de Constanza en La ilustre fregona. Entre las andanzas toledanas de Carriazo y Avendaño, prendado este de la bella fregona de la Posada del Sevillano, todo acaba en matrimonio con quien resulta ser hija natural del padre Carriazo.

Amores y aventuras, disfraces y casualidades, engaños y reparaciones entre gentes de la nobleza configuran las intrigas de Las dos doncellas y La señora Cornelia.

Y de tales ambientes nobiliarios descendemos a la vileza moral y la marginación social de la estafa y la corrupción en El casamiento engañoso y Coloquio de los perros. Como otro burlador burlado, el alférez Campuzano sale de su casamiento engañado con sus mismas artimañas y enfermo de sífilis.
El interés del Coloquio se concentra en tres aspectos:
-          La corrupción social denunciada por Berganza en la narración de su vida.
-          Las cínicas o caninas disquisiciones filosóficas de ambos perros sobre las convenciones sociales y la maldad en el mundo.
-          Y la integración de teoría y práctica narrativas que constituyen la renovación formal más importante en el curso de la novela occidental.

5.      LOS TRABAJOS DE PERSILES Y SIGISMUNDA COMO NOVELA GRIEGA, CATÓLICA Y RENACENTISTA.
El persiles fue tal vez el hijo más querido de la fantasía de Cervantes, que ya no tuvo tiempo de hacer los últimos retoques y correcciones en su texto no del todo acabado y se puso a escribir el prólogo tres días antes de morir, convencido de que el gran “Persiles” llegaría “al extremo de la bondad posible”.
Viejo y cansado de tanta amarga experiencia, Cervantes parece sublimarlo ya todo refugiándose en el mundo fantástico inventado por él.
Acude a los esquemas de la novela bizantina y renueva sus técnicas con el fin de superar el género y crear con ello una gran epopeya cristiana en prosa.
De este modo, Cervantes ocupó hasta sus últimos días la vanguardia narrativa de su tiempo, intentando acercar la novela a la poesía, a la vez que con esta idealizada novela de aventuras construye una hermosa ficción llena de modernidad y cosmopolitismo.
La novela cuenta la accidentada peregrinación de Persiles y Sigismunda desde el norte de Europa hasta Roma. El viaje se enriquece con la diversidad de espacios recorridos,  desde la geografía nórdica de la mítica Isla Bárbara, Islandia, Noruega, Irlanda y Dinamarca hasta las tierras ya conocidas de Portugal, España, Francia e Italia.
Cuando R. Schevill calificó el Persiles como obra descendiente de una modalidad que floreció de manera intermitente en la literatura bizantina, en la literatura francesa medieval y en la literatura española con la novela de caballerías, estaba dando la clave de la evolución del género de la aventura.
Según Bajtín, la novela de aventuras de tipo griego se caracteriza porque necesita de un amplio espacio por el que los protagonistas puedan moverse con libertad. Para la novela griega, lo único que importa del espacio es su dimensión abstracta. Por espacio abstracto hay que entender que las condiciones geográficas, físicas o político-sociales no entran a formar parte de la novela, y por ello no importa de qué espacio se trate. Si se precisa un país extranjero para que escapen los héroes, se elegirá uno cualquiera, sin que se tome en consideración otra cosa que no se ala extensión de la misma. Por lo tanto, las condiciones espaciales no tiene interacción alguna con la trama, es decir, la misma acción podría haberse desarrollado en cualquier otro lugar.
Estas premisas comunes a las novelas de tipo griego son compartidas, en parte, por el Persiles. Y se dice en parte, porque este cronotopo va modificándose paulatinamente hasta alcanzar, con la novela barroca, el grado mínimo de abstracción posible en una novela de aventuras.
En el Persiles se aúnan el espacio ajeno de la novela helenística, que remite a una topografía real (Noruega o Dinamarca); el espacio irreal de la novela de los Comnenos (isla Bárbara); el fantástico de las novelas bizantinas del siglo XIV (la isla paradisíaca del capítulo 15 del segundo libro) y el espacio conocido de las novelas de aventuras del Renacimiento (España e Italia)
 La complejidad de la novela aumenta con al constante aparición de nuevos personajes en los lugares del recorrido y con la interpolación de sus historias particulares en la peripecia de la pareja protagonista. Y el interés y la suspensión de la intriga se intensifican por acumulación de arriesgadas navegaciones, naufragios, piraterías, desafíos, batallas, cautiverios, fugas, raptos, encuentros, separaciones y aventuras de toda índole.
El Persiles aprovecha de la novela bizantina el esquema del largo viaje en el que se confunden espacios reales y fantásticos, el dinamismo de la acción y su permanente sucesión de aventura, las apariencias en los protagonistas y su juego de engañosas relaciones.
Este modelo de novela bizantina con peregrinos enamorados como protagonistas es explicado por Avalle-Arce como una alegoría de la vida humana, una completa ilustración de la progresión del hombre desde lo más primitivo hasta lo más perfecto. Por eso el amor recorre una amplia escala ascendente: comienza con el amor brutal entre los bárbaros, se humaniza en lugares intermedios del viaje, se purifica en Persiles y Sigismunda y alcanza la perfección con ambos en el seno de la Iglesia, ante el Papa, de ahí que se entienda como una novela católica.
Y un proceso de aprendizaje y perfeccionamiento semejante se descubre en la organización constructiva de la novela:
-          La integración de narración y crítica literaria de la misma.
-          La alternancia de diversos puntos de vista en el relato de muchos acontecimientos
-          Su ordenación en fragmentarios desorden reclaman la colaboración activa del lector en una imaginaria recreación final del texto.
6.       BIBLIOGRAFÍA
  • -          CANAVAGGIO, J, “Cervantes”, Madrid, Espasa Calpe, 1987.
  • -          AMEZÚA Y MAYO, A.G, “Cervantes creador de la novela corta española”, Madrid, 1982.
  • -          RILEY, E.C., Teoría de la novela en Cervantes, Madrid, 1972.
  • -          BASANTA, ÁNGEL, Cervantes y la creación de la novela moderna, Madrid, 2007.

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