22 de noviembre de 2016

ACTIVIDADES DE DESARROLLO. ¡ORACIONES TREMENDAMENTE COMPUESTAS! (TOTUM REVOLUTUM MAXIMUM)



Estimados alumnos: 

Sé que me odiaréis por poner estas oraciones compuestas para llevar a cabo su análisis sintáctico, pero, si conseguís hacerlas bien, dominaréis esta parte de la asignatura. Y recordad: ¡¡¡Podéis conseguirlo!!!!

  • Esta tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión importante, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. 

  • Ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer,  ni muros que te veden el paso.
  • Lo que llamaba la atención en el muchacho era la belleza grave de sus facciones meridionales y cierta inquietante inmovilidad que guardaba una extraña relación con el maravilloso automóvil.
  • Nunca sacaban a nadie por la puerta; siempre lo hacían por las ventanas y por los balcones, porque lo importante para vencer era la espectacularidad.
  • No hay, pues, vestido sin desnudo, aunque haya un desnudo anterior al vestido.
  • Estaba persuadido de que me escondía algo, de que sabía más de lo que quería decir, de que también pensaba en ello, de que tenía segundas intenciones.
  • Del movimiento que permitió abandonar estos ejercicios machacones y acuciantes y me brindó acceso a mi historia y a mi voz, solo diré que fue infinitivamente lento.
  • Cuando la casa estuvo edificada, don Anselmo dispuso que fuera íntegramente pintada de verde; hasta los niños reían a carcajadas al ver cómo esos muros se cubrían de una piel esmeralda donde se estrellaba el sol y retrocedían reflejos escamosos.
  • Cuando se hubieron extinguido los ecos del trueno, la lluvia, que hasta entonces había ido arreciando, cesó súbitamente por completo y el sol, que se abría paso entre los nubarrones, hizo brillar el filo de la persiana. 
  • Temí no recordar dónde había guardado la llave; de nuevo busqué en los bolsillos vacíos aunque sabía que era imposible que estuviera en ellos. 
  • Martín Marco, el hombre que no ha pagado el café y que mira la ciudad como un niño enfermo y acosado,  mete las manos en los bolsillos del pantalón. 
  • Un escritor cuando le silban dice que el público no le silbó, sino que fue una intriga de sus enemigos, sus envidiosos, y este ciertamente no es el público; pero si le critican los defectos de su comedia aplaudida, llama al público en su defensa; el público le ha aplaudido; el público no puede ser injusto; luego es buena su comedia. 
  • Era esta de dulcísimo carácter, achacosa, aunque no era muy vieja, y derrumbada por los pesares que habían gravitado sobre ella, pues no tuvo tranquilidad hasta que se quedó sin padre y sin marido. 

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