23 de abril de 2019

LOS GIRASOLES CIEGOS. SEGUNDA DERROTA. EL MANUSCRITO ENCONTRADO.

Estimados Poeliteratos:

Hoy, 23 de abril, os presento material didáctico para trabajar la segunda derrota de la obra de Alberto Méndez, Los girasoles ciegos, lectura obligatoria de 2º Bachillerato.
Espero que os sirva de ayuda.
Atentamente,
Alejandro Aguilar Bravo.

1ª Actividad. Actividad de inicio y motivación. 2ª parte.

Descripción de la actividad. Visionado de un fragmento de la película Los girasoles ciegos (15-30 minutos). 


Recurso. El enlace del vídeo es el siguiente: https://youtu.be/MWZsBM7m2gw
Agrupamiento. Actividad en gran grupo. 
Tiempo estimado. 15 minutos. 

2ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. Resumen de la 2ª derrota. 

Descripción de la actividad. Explicación del resumen de la segunda derrota de la obra de Alberto Méndez, Los girasoles ciegos. 


Recurso.
Agrupamiento. Actividad en gran grupo.
Tiempo estimado. 10 minutos.

3ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. El manuscrito encontrado. 

Descripción de la actividad. Lectura y análisis de un fragmento de la Segunda Derrota de Los girasoles ciegos de Alberto Méndez.

Fragmento. Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez. Segunda Derrota. 

Este texto fue encontrado en 1940 en una braña de los altos de Somiedo, donde se enfrentan Asturias y León. Se encontraron un esqueleto adulto y el cuerpo desnudo de un niño de pecho sorprendentemente conservado sobre unos sacos de arpillera tendidos en un jergón; una piel de lobo y lana de cabra montesa, pelos de jabalí y unos helechos secos les cobijaban. Los dos cuerpos estaban juntos y envueltos en una colcha blanca, «como formando un nido», reza el atestado, cuya limpieza contrastaba con el resto del habitáculo, sucio, maloliente y miserable. Resecos pero aún hediondos, los restos de una vaca a la que le faltaba una pata y la cabeza. En 1952, buscando otros documentos en el Archivo General de la Guardia Civil, encontré un sobre amarillo clasificado como DD (difunto desconocido). Dentro había un cuaderno con pastas de hule, de pocas páginas y cuadriculado, cuyo contenido transcribo. Estaba enteramente escrito con una caligrafía meliflua y ordenada. Al principio la escritura es de mayor tamaño, pero poco a poco se va reduciendo, como si el autor hubiera tenido más cosas que contar de las que cabían en el cuaderno. A veces, los márgenes aparecen ribeteados por signos incomprensibles o comentarios escritos en otro momento posterior.
Esto se deduce en primer lugar por la caligrafía (que como digo se va haciendo cada vez más pequeña y minuciosa) y en segundo lugar porque refleja claramente estados de ánimo distintos. En cualquier caso recojo estos comentarios en sus páginas correspondientes. El cuaderno fue descubierto por un pastor sobre un taburete bajo una pesada piedra que nadie hubiera podido dejar allí descuidadamente. Un zurrón de cuero vacío, un hacha, un camastro sin colchón y dos pocillos de barro sobre el hogar apagado es lo único que inventarió el guardia civil que levantó el atestado. Del techo colgaba un sencillo vestido negro de mujer. No había más señal de vida, pero el informe sí recoge —y eso es lo que me indujo a leer el manuscrito— que, en la pared, había una frase que rezaba: «Infame turba de nocturnas aves». El texto es éste:

PÁGINA 1
Elena ha muerto durante el parto. No he sido capaz de mantenerla a este lado de la vida. Sorprendentemente el niño está vivo.
Ahí está, desmadejado y convulsivo sobre un lienzo limpio al lado de su madre muerta. Y yo no sé qué hacer. No me atrevo a tocarlo. Seguramente le dejaré morir junto a su madre, que sabrá cuidar de un alma niña y le enseñará a reír, si es que hay un sitio para que las almas rían. Ya no huiremos a Francia. Sin Elena no quiero llegar hasta el fin del camino. Sin Elena no hay camino.
¿Cómo se corrige el error de estar vivo? ¡He visto muchos muertos pero no he aprendido cómo se muere uno!

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