7 de octubre de 2025

MIS ESCRITOS. LA HIERBA AMARGA. 2025

Estimados Poeliteratos

Hoy quiero compartir con vosotros un cuento breve titulado La hierba amarga.

Por circunstancias, actualmente desempeño el cargo de jefe de estudios adjunto en un instituto de Educación Secundaria y, desde esa responsabilidad, me toca vivir situaciones que, a menudo, consiguen quitarme el sueño.

Este relato, inspirado en hechos reales, está dedicado a un alumno valiente que un día decidió no mirar hacia otro lado. Su gesto, tan sencillo como decisivo, marcó la diferencia.

Ojalá hubiera muchos más alumnos como Luis.

PD: Los nombres que aparecen en la historia son ficticios.

Atentamente,
Alejandro Aguilar Bravo.



LA HIERBA AMARGA

Felipe siempre había sido un niño discreto. En primaria, su timidez no era un problema: sus compañeros lo respetaban, algunos incluso buscaban su ayuda en las tareas, porque sabían que era un gran estudiante. Era callado, sí, pero también un buen compañero.

Pero todo cambió cuando llegó al instituto. De repente, su silencio dejó de ser aceptado y se convirtió en un motivo para apartarlo. Nadie lo insultaba al principio, simplemente dejaron de invitarlo, dejaron de buscarlo, dejaron de verlo. Felipe, poco a poco, empezó a sentirse invisible.

La soledad es como una grieta: cuando se abre, siempre hay alguien dispuesto a ensancharla. Y en el caso de Felipe, fueron tres alumnos conocidos en todo el centro por su conducta conflictiva. Detectaron su fragilidad como un lobo huele la sangre.

El recreo, que para los demás era un respiro, para Felipe se convirtió en un infierno. Aprovechaban los minutos en que ningún profesor estaba cerca para ir a por él. Primero fueron burlas: imitaban su voz baja, sus gestos tímidos, su forma de caminar con la mirada al suelo. Luego llegaron los empujones, los insultos, los golpes. Nadie vigilaba. Nadie veía.

Y cuando Felipe ya no sabía dónde esconderse, llegó la humillación más amarga: lo obligaron, entre risas, a comer hierba del césped del patio.

Felipe lo hizo. Tragó aquel puñado verde y seco, mientras las carcajadas retumbaban en sus oídos. Alrededor, sus compañeros miraban hacia otro lado. Nadie se acercó. Nadie dijo nada. El silencio de todos fue como otra bofetada.

Pero hubo alguien que no pudo soportarlo. Luis, un chico de su misma clase, volvió a casa con un nudo en el pecho. No pudo cenar, no pudo dormir. Cuando su madre fue a darle las buenas noches, él estalló en lágrimas.

—Mamá, no puedo más. No puedo seguir viendo lo que le hacen a Felipe. Hoy… hoy lo obligaron a comer hierba… y todos miraban hacia otro lado.

La madre lo escuchó en silencio, con los ojos abiertos de incredulidad. Luego acarició la cabeza de su hijo y, con voz firme, le dijo:

—Hiciste bien en contármelo. Callar es permitir que el dolor siga creciendo.

Aquella misma noche llamó a la madre de Felipe. Al otro lado de la línea, el silencio se rompió con un sollozo ahogado.

Al día siguiente, la madre de Felipe entró al instituto con el corazón encogido y pidió hablar con los profesores. Les contó todo, palabra por palabra, lágrima por lágrima. Esta vez no hubo silencio. Los adultos actuaron. Los profesores intervinieron, las familias fueron llamadas, las risas crueles se frenaron.

Felipe, al principio, no entendía nada. No sabía que alguien había tenido el valor de alzar la voz por él. Solo con el tiempo supo que había sido Luis, aquel compañero silencioso que no soportó mirar hacia otro lado.

Ese día aprendió que la bondad puede tener mil formas: un abrazo, una palabra, un gesto… o simplemente la valentía de no callar.

La hierba amarga quedó atrás. Lo que nunca se borró fue la lección: a veces basta con una sola voz para romper el silencio de todos.

Alejandro Aguilar Bravo, La hierba amarga, 2025.

Cuestiones
  1. ¿Cómo era Felipe durante su etapa en primaria y qué cambió cuando llegó al instituto?
  2. ¿De qué manera aprovecharon los tres alumnos conflictivos la timidez y fragilidad de Felipe?
  3. ¿Qué simboliza el momento en que obligan a Felipe a comer hierba en el patio?
  4. ¿Cómo reaccionaron la mayoría de los compañeros ante el acoso que sufría Felipe?
  5. ¿Qué hizo Luis tras presenciar la humillación de Felipe y qué consecuencias tuvo su decisión?

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