8 de mayo de 2022

SECUENCIACIÓN DE ACTIVIDADES. UNIDAD DIDÁCTICA 11. REGRESO AL FUTURO. 3ª SESIÓN. LOS ORÍGENES DE LA NOVELA: LOS CANTARES DE GESTA. 2º ESO

Estimados Poeliteratos:

Hoy, 8 de mayo, os presento la tercera sesión de la Unidad Didáctica 11, Regreso al futuro, destinada al estudio de los orígenes de la novela, más concretamente, el estudio de los cantares de gesta. Estas actividades van dirigidas para el segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria. 
Espero que os gusten las actividades. 
Atentamente, 
Alejandro Aguilar Bravo. 


1ª Actividad. Actividad de repaso. Corrección de actividades. 

Descripción de la actividad. Corrección de las actividades de la sesión anterior (UD11. 2ª sesión. Los préstamos, los extranjerismos, los neologismos y los arcaísmos)


Recurso. Las actividades de clase se corregirán en la libreta del alumno y su registro será anotado en el cuaderno del profesor. 
Agrupamiento. Actividad en gran grupo. 
Tiempo estimado. 10 minutos. 

2ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. Dictado 81. 

Descripción de la actividad. Elaboración de un dictado interactivo sobre las reglas generales de la letra S, más concretamente, basado en la siguiente norma: Se escribe con S la terminación se de todos los verbos del pretérito imperfecto, del modo subjuntivo.Ejemplos: partiese, amase, cumpliese, subiese, temiese.

Recurso
. El enlace del dictado es el siguiente: Dictado 81
Agrupamiento. Actividad en gran grupo (Todos los alumnos elaborarán el dictado en el cuaderno de clase) e individual (Uno de ellos lo realizará en la pizarra tradicional o en el panel interactivo, sirviendo como modelo para su corrección). 
Tiempo estimado. 5 minutos. 

3ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. Sigfried y el Cantar de los Nibelungos

Descripción de la actividad. Visionado de un breve documental que cuenta la historia del Cantar de los Nibelungos. Tras ello, los alumnos deberán realizar un breve resumen del contenido de la historia. 

Recurso. El enlace de la actividad es el siguiente: Sigfried y el Cantar de los Nibelungos
Agrupamiento. Actividad en gran grupo. 
Tiempo estimado. 10 minutos. 

4ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. Exposición teórica. Los orígenes de la novela: los cantares de gesta. 

Descripción de la actividad. Explicación teórica sobre los cantares de gesta, manifestaciones literarias que se consideran parte del origen de la narrativa. 

Recurso
. El enlace de la actividad es el siguiente: Exposición teórica. Los orígenes de la novela. Los cantares de gesta. 
Agrupamiento. Actividad en gran grupo. 
Tiempo estimado. 10 minutos. 

5ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. El Cantar de Roldán

Descripción de la actividad. Audición de una canción que narra la historia del Cantar de Roldán. Tras ello, los alumnos deberán realizar una descripción de Roland, protagonista de este cantar. 

Recurso
. El enlace de la actividad es el siguiente: El Cantar de Roldán
Agrupamiento. Actividad en gran grupo (Visionado del producto audiovisual) e individual (Descripción del héroe del cantar). 
Tiempo estimado. 10 minutos. 

6ª Actividad. Actividad de desarrollo y motivación. Beowulf y el dragón de los pantanos. 

Descripción de la actividad. Tras la lectura de una serie de fragmentos del cantar de gesta Beowulf, los alumnos deberán responder a una serie de preguntas relacionadas con el texto. 



XX

Pero Hrothgar, centinela de los scyldings, respondió: -No hables de paz, que el dolor cae nuevamente sobre el pueblo danés. Aeschere, el hermano mayor de Yrmenlaf, ha sido asesinado. Él, mi consejero más estrecho, mi guerrero más leal en la batalla, el hombre con el que arriesgué mi vida tantas veces cuando el enemigo quiso doblegar nuestros yelmos engalanados con jabalíes. Ejemplo de nobles fue y será. Una bestia maldita fue su asesina en Hereot; nadie sabe hasta dónde lo arrastró. Triunfal, se resarció de la derrota sufrida por Grendel bajo tu brazo poderoso, que ayer le diste su merecido por menoscabar a su pueblo. Pero aun cuando Grendel fue vencido, ahora nos devasta otro ruin adversario, su madre, sedienta de muerte, rapaz como nadie en la represalia, que a mis hombres afligidos los tiene por la muerte de uno de sus líderes, yertas sus manos que tanto se abrieron para dar. Mis súbditos suelen referir sobre dos monstruosos habitantes del pantano, turbios espíritus que merodean en el fango. Testimonian que mientras uno tiene figura de mujer, el otro, de proporciones más gigantescas, holgando constantemente como un desterrado, adopta dimensiones mayores a las de un hombre. 

<<Desde inviernos inmemoriales bautizamos a este con el nombre de Grendel; se ignora quienes eran sus padres y si hubo otros descendientes. Moran en sombrías planicies, acantilados azotados por el viento, baldíos senderos que atraviesan la espesura de la ciénaga, desembocadura de un torrente que se abisma desde riscos neblinosos. Cerca se abre un pantano rodeado por un bosque cuyo follaje escarchado acaricia las aguas. Y noche tras noche, vaya prodigio, esas aguas despiden llamaradas. Nadie ha escudriñado sus profundidades. Ni siquiera el ciervo de gallardos cuernos, al huir de la persecución de los perros, osa sumergirse en la ciénaga; prefiere morir en la orilla. Es un lugar amenazante. Si el viento espolea la ira de la tormenta y el agua cae del cielo en medio de la niebla, el oleaje asciende rasguñando las nubes. Sólo tú puedes aliviarnos. Pero aún ignoras los tenebrosos laberintos donde mora el blasfemo. Enfréntalo, si el valor y la suerte te acompañan, que yo podré retribuirte con abundantes obsequios, ancestrales tesoros, oro bruñido y brillante>>. 
XXI

Beowulf, el hijo de Ecgtheow, respondió: -No te acongojes, querido rey. Es mejor vengar al amigo muerto que dolerse inútilmente. Nuestros anhelos en esta vida están contados; sólo con fama vencemos a la muerte; la memoria es el relicario del ser humano. Vamos, protector de tu reino, y persigamos el rastro de la progenitora de Grendel. Te doy mi palabra: no quedará impune, cualquiera sea su escondite, en la tierra, los bosques montañosos o en el lecho del mar. Sé resignado con tu aflicción. Es cuanto espero de ti.

El anciano monarca se incorporó dando gracias a Dios por las palabras del gauta. Con bridas y monturas preparó su vigoroso caballo y siguió la ruta escoltado por sus hombres. Las huellas del malogrado servidor de Hrothgar se esparcían por la planicie y por franjas boscosas; la brutal victimaria había arrastrado el cadáver hasta los desolados pantanos. Entonces se abrieron rutas por acantilados, precipicios y laderas, escarpados senderos sobre las aguas infestadas de bestias. Beowulf, escudriñando el territorio, marcha al frente de un grupo de valientes; cruzaron el sombrío follaje hasta alcanzar un gris roquerío donde los troncos se torcían y a cuyos pies se agitaban aguas sangrientas. Conmovidos quedaron los daneses al descubrir la mutilada cabeza de Aeschere en una pendiente que bajaba al pantano. El agua rebozaba sangre; la contemplaron asombrados, cruento fluido. Y el sonido del cuerno llamó a la guerra. Los soldados avistaron en el pantano peligrosas criaturas marinas; algunas se tendían en los riscos, las mismas que inquietan a los marineros, al llegar la aurora, en la ruta del navío. No sin rencor de alejaron al gorjeo del cuerno. Una de las sierpes fue alcanzada por la aguda flecha del gauta. Aturdida quedó en el agua y nada pudo hacer cuando las mortíferas adargas la embistieron. Reducida, arrastraron su cuerpo a un promontorio donde absortos quedaron los hombres ante tan repugnante dragón. Beowulf, arriesgando su destino, quiso entrar en acción. Su grandiosa cota de malla, urdida por manos laboriosas, protegería su cuerpo, la cámara de huesos, cuando se internara en las aguas. Escudo del corazón sería ante la arremetida de las bestias, quedando la cabeza bajo resguardo del áureo yelmo, con bordes noblemente orlados por jabalíes, faena de herreros en tiempos arcanos, salvaguarda de la vida ante la hoja de las espadas o el hacha, compañía del héroe en las abismales tinieblas del fondo marino. No indigna era la ayuda de Hrunting, la espada del consejero de Hrothgar, preciada reliquia de hierro, cubierta de cicatrices, había sido templada con néctar de guerra. No traicionaba a ningún caudillo que la empuñara en duelo encarando al enemigo. Sería nuevamente una ardua jornada. En verdad, si el hijo de Ecglaf, fuerte por sí mismo, resignaba la espada a uno mejor que él, era porque abjuraba de aquellas palabras que salieron de su boca, durante el festín, en plena embriaguez; no estaba en sus propósitos descuidarse al choque de las olas.

XXII

Por eso mancillo su honor y su fama. Pero no Beowulf, hijo de Ecgtheow, armado para el asalto, y quien habló así: -Nunca ignores, venerable descendiente de Healfdene, prudente monarca, al estar yo pronto a la carga, lo que hemos sentado de palabra: si he de perder la vida, serás para mí igual a un padre. Si la suerte me es adversa, te pido que ampares a mis súbditos, camaradas de combate, y que entregues a Hygelac, generoso Hrothgar, los obsequios que tu bondad me entregó; así, cuando el firme oro sea saludado por el rey de los gautas, hijos de Hrethel, tendrá noticia de la generosidad que me has prodigado siempre, insigne señor. Y deja para el famoso Unferth la presea legendaria, la espada de temible hoja y rico diseño; ahora me voy empuñando a Hrunting; honor o muerte. 

Y luego de estas palabras el líder de los gautas se dirigió con rapidez hasta la orilla, sin esperar respuestas. Se zambulló en las aguas y escudriñó largas horas, antes de llegar al lecho abisal. La madre de Grendel, sanguinaria y desalmada loba, centinela terrible de esos abismos por innumerables inviernos, advirtió que alguien hurgaba la guarida de los monstruos. Se abalanzó sobre el guerrero con sus garras mortíferas, pero las zarpas no hicieron mella en el sólido arnés y la cota de malla que al cuerpo celaban. La loba lo aferró con violencia sumergiéndolo hasta la abisal madriguera. El caudillo luchaba con bravura aun cuando la espada no pudiera empuñar. Las bestias lo acosaban en las profundidades tratando de herirlo con dientes filosos. Beowulf pronto cayó en una escabrosa gruta, ajena al azote del oleaje y las corrientes, madriguera de la bestia iluminada por el resplandor del fuego. Pudo ahí contemplar cara a cara la amenazante figura de la posesa. Y ciñó con fuerza la espada desde el puño anillado y la descargó sobre la cabeza adversaria. Pero el filo de la espada no mordió aquella carne; por primera vez, después de tantas escaramuzas, erraba el arma que cotas y yelmos había destrozado. El caudillo, estimulado por su honra, permaneció resuelto sin aflojar el brío; pronto, haciendo a un lado la espada, se entregó al poder de sus manos, desafiando como quienes no retroceden ante la muerte y fraguan su fama en la lid. Y sin dilaciones, atizado por la ira, aferró por el hombro a la madre de Grendel y la derribó. Pero ella contraatacó apretándolo con sus brutales garras y él, extenuado, después de tambalear, se precipitó a tierra. La madre de Grendel, enceguecida por el odio, se abalanzó sobre el gauta blandiendo un puñal afilado. Quería resarcir la muerte de su hijo. Pero la hoja resbaló contra el blindado tejido de la pechera sin perforarla. El hijo de Ecgtheow, gracias al favor del Cielo y a la sólida armadura, se salvó de muerte en aquella gruta abisal. La providencia divina permitió entonces que el héroe se erigiera nuevamente.

XXIII

Y avistando una hoja implacable cincelada por gigantes, honor de osados, el filo agudo y brillante, una espada que sólo él, defensor de los scyldings, podría asir, no vaciló en levantarla y precipitó violentamente su hierro en el cuello de la arpía, cercenando músculos, tendones y huesos. Vencida, se desplomó a sus pies. La espada sangraba. Beowulf rebosaba júbilo. Un destello reverberaba en la madriguera con un brillo sólo comparable con el de la antorcha del cielo. Beowulf escudriñó el lugar avanzando junto a un muro. Aún ceñía la espada; quería encontrar a Grendel y vengar de una vez por toda sus calamidades a los daneses, los valientes caídos en aquellas incursiones nocturnas al recinto de Hrothgar, quince engullidos mientras dormían y otros quince arrastrados por la bestia, aciaga redada. Pero la justicia del gauta se había consumado. El cuerpo de Grendel inerte yacía; las heridas recibidas en el duelo, al enfrentarse a Beowulf, lo arrebataron de la vida. Aun así la carroña se sacudió ante la nueva embestida del indómito guerrero, quien de un solo golpe lo decapitó. En las orillas del pantano, Hrothgar y sus vasallos observaron cómo las aguas se revolvían tumultuosas, oscureciéndose de sangre. Los más ancianos temieron lo peor; Beowulf, pensaban, ya no retornaría a la superficie para celebrar la victoria con su rey. La fiera, se dijeron, lo habría asesinado. Al cumplirse la novena hora, los nobles scyldings se apartaron de allí; el monarca volvió a su hogar. Sólo los gautas permanecieron en la ribera, cabizbajos, con el corazón destrozado, pues esperanzas no tenían de saludar nuevamente a su generoso señor. Mientras tanto, la sangre vertida en la hoja de la espada, comenzó a fundirla. Y el hierro se hizo frágil como el hielo que se derrite al paso del agua con la crecida al ser propicia la estación, portento nacido de Dios, quien gobierna sobre los años. El líder gauta no se apropió de reliquia alguna; su único trofeo fue la cabeza de Grendel y el mango de la espada, pues la hoja fue deshecha por la sangre envilecida del homicida. 

Y luego volvió a sumergirse y ascendió a la superficie purificando las gélidas aguas. La presencia de Grendel había sido sofocada. Y el avezado navegante, galardón en mano, ascendió triunfal y nadó hasta la orilla. Sus leales vasallos lo recibieron con emoción, dando gracias a Dios, pues el gauta volvía indemne a tierra firme y segura. Raudos, lo aliviaron de la cota y el yelmo, mientras la paz volvía a las aguas, y emprendieron el viaje, alborozados, cruzando laderas, exhibiendo el despojo, la cabeza del monstruo, empalada en una lanza sostenida por cuatro hombres; indómita era aquella hueste, distinguidos entre los distinguidos, enfilando hacia el fortín. Fue Beowulf, cubierto de gloria, quien primero ingresó saludando a su señor. En Hereot los hombres bebían; el gauta arrastró la cabeza de Grendel, cuyo porte sombrío todos contemplaban con estupor.
  • ¿Quién era Yrmenlaf? ¿Por qué era apreciado por Hrothgar?
  • ¿Cómo es el lugar donde habita la progenitora de Grendel?
  • ¿Qué promesa le hace Beowulf a Hrothgar?
  • ¿Qué encontraron cuando llegaron al pantano? ¿Qué les atacó?
  • ¿Qué era Hrunting?
  • ¿Cómo consiguió Beowulf salvarse de la madre de Grendel cuando esta cogió un puñal afilado?
  • ¿Cuáles fueron los trofeos que se llevó después de la batalla con la madre de Grendel?
  • ¿Qué es lo que tienen en común Sigfried, El Cid, Beowulf y Roldan? Razona tu respuesta. 
Recurso. Fotocopia con los fragmentos. 
Agrupamiento. Actividad en gran grupo (Lectura del texto) e individual (Elaboración de las actividades)
Tiempo estimado. 15 minutos (La actividad dará comienzo en clase, pero se mandará como tarea para casa y se corregirá en la próxima sesión). 

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